Agatha Ruiz de la Prada empezó a hacer sus vestidos en 1981. Ella utilizó las telas como un lienzo colorido, con los tonos chillantes típicos de esos años y con una clara influencia artística del pop art, del surrealismo y del expresionismo abstracto.
Cada uno de sus diseños podrían estar en algún museo dedicado al pop, por esta razón el Centro Cultural de España realiza una muestra a su obra plástica convertida en prendas de vestir.
La exposición está integrada por 55 piezas de ropa seleccionadas por la misma diseñadora española y que son representativas de las tres décadas de su trayectoria. Entre ellas destaca un vestido con forma de paraguas, una jaula que alguna vez vistió una modelo con pájaros en su interior, o uno en forma de estrella.
La diseñadora nació en Madrid en 1960, hija de un acaudalado arquitecto y coleccionista de arte. Desde niña tuvo contacto con las vanguardias arquitectónicas y artísticas. Su logo está inspirado en la obra de uno de los pintores que más admira, Mark Rothko, representante del expresionismo abstracto neoyorquino.
En los 80, con menos de 20 años de edad, ya realizaba desfiles y su nombre comenzó a posicionarse en España, pero fue en 1991 cuando comercializó su marca y se ganó a los especialistas y amantes de la moda de todo el mundo.
Agatha Ruiz de la Prada también supo explotar la mercadotecnia, como marca se ha expandido a nivel mundial y ahora se venden carteras, bolsas, zapatos, básculas, cafeteras, puffs, relojes, cristalería, cámaras, accesorios para mascotas con estampados de coloridas flores, estrellas o corazones.
La exposición fue realizada en colaboración con la Fundación Agatha Ruiz de la Prada y Puig, y se podrá ver hasta el 10 de mayo.