Los orígenes familiares aparecen habitualmente en la narrativa de David Miklos, cuyos padres adoptivos provienen de Europa. "Mi madre es francesa de padres alemanes, mi padre es mexicano de padres húngaros, hay distintas procedencias e historias que confluyen en mí, muchos movimientos en la familia y eso ha sido el motor para escribir", explica el autor de novelas como La piel muerta (2005), La gente extraña (2006), La hermana falsa (2008) o Miramar, historia natural de una escritura (2014).
Ambientada en la época actual, en una geografía latinoamericana no definida, La pampa imposible (Random House) es su nueva entrega. Aparecerá en mayo próximo y ya se puede pre ordenar en Amazon.
La trama sobre el intento de un hombre joven por recuperar los fragmentos de una vida construida con pérdidas, pero también con amor, se entrelaza con la primera novela de Miklos, en la que las ausencias igualmente marcan el destino de la protagonista.
"Es una especie de revés, aquí hay un narrador que va contando una historia dividida en tres tiempos: el presente, el pasado inmediato y un pasado distante; hay algunos cameos de personajes de La piel muerta -que es una novela coral-, como un guiño a los lectores", comparte el escritor e investigador.
Una mañana, mientras su mujer pela almendras, el narrador lee la noticia de un avión que desaparece en el océano. La lectura le abre un portal a su pasado y recuerda a una amiga suya que murió en un accidente aéreo. Con ese recuerdo, llega otro, sobre su propia infancia, cuando tuvo una gran pérdida y así comienza una urdimbre de remembranzas.
Miklos cuenta que pasó más de cinco años alimentando esta novela, que define como un cierre elíptico en relación a su primer título publicado y marca un punto de partida para una nueva etapa en su escritura. Afirma que a partir de su trabajo como investigador de Historia y Literatura en el CIDE, tiene otros elementos narrativos para indagar en los orígenes familiares.
"Me interesan las historias de familia, pero sobre todo cómo algún miembro está desvinculado del resto por distintas circunstancias y busca reintegrarse al flujo del tiempo. Es por mi propia historia, tengo un origen múltiple. El tema de la adopción está muy asumido y ha nutrido mi existencia y mi literatura. Hay una tristeza originaria, porque toda historia de adopción es a la vez una historia de abandono, pero se compensa por el deseo de los padres que adoptan. Es una especie de ying yang sobre el que siempre vuelvo en mis novelas".