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Si hay algo que despierta el apetito es el suculento olor que se desprende de cazuelas al fuego, charolas con tacos, gorditas, sopes, quesadillas en los comales o las sustanciosas tortas, tanto que tres de cada 10 mexicanos reconocen que consumen estos antojitos en un puesto callejero.
Los tacos son los predilectos para comer fuera de casa, y la misma proporción señala la hora de la comida como el momento ideal, aunque "echarse un tentempié" fuera del hogar implique gastar, sea 50, 100 o más de 200 pesos.
Para 52.9 por ciento de la gente caer en esta tentación y comerse una garnacha es un "placer culposo", de acuerdo con una encuesta levantada por Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE).
El sentimiento de culpa por comer cualquiera de estos tradicionales antojitos mexicanos es más recurrente entre las mujeres (55.5 por ciento), que entre los hombres (50.2 por ciento).
La pregunta clave a los encuestados fue si comen o no en la calle. En ese sentido, 64.3 por ciento respondió que no lo hace, mientras que 34.2 por ciento aceptó que sí lo acostumbra.
Para justificar esta acción 36 de cada cien consultados contestaron que come en lugares callejeros por antojo, 34 motivado por las prisas o escaso tiempo de comida, 17 porque los puestos quedan cerca de casa u oficina y dos aludieron al precio más accesible.
Y al momento de elegir que comer fuera de casa, el taco es el favorito para degustar ya sea de guisado, carnitas o al pastor (29 por ciento); le sigue la fruta para aquellos que cuidan la figura (15.3); las tortas desde la clásica de jamón hasta la cubana (9.1); las hamburguesas al carbón o en alguna cadena de comida rápida (8.6); y la comida casera quedó al final (4.2 por ciento).
Las gorditas de chicharrón también son de las preferidas (2.8 por ciento); botanas o frituras (2.7); quesadillas desde huitlacoche hasta de carne (2.4); comida de restaurante (2.3); elotes con mayonesa y queso o con sal y chile (1.7); tamales de salsa verde, de mole o de dulce (1.4), y ensaladas (uno por ciento).
Además, 3.3 por ciento de los mexicanos indicó que su menú fuera del hogar incluye "todo" y 2.3 aseguró que no come nada; en tanto 8.9 señaló que compra otras cosas. Los hombres (34 de cada cien) son más asiduos a comer tacos que las mujeres (24); a lo que se suma que por cada tres mexicanas que no caen en la tentación de comer en la calle hay menos de dos hombres.
La investigación que se realizó en 800 hogares en todo el país, expone que la hora de la comida es el momento en que más mexicanos (39.5 por ciento) se paran en un puesto de la calle para alimentarse, mientras 25.8 prefieren la hora de la cena, 17.8 les gusta madrugar por lo que van a la hora del desayuno y 12.5 les gusta más ir a la hora del almuerzo. 1.2 por ciento lo hace siempre.
Pero cada consumo en estos lugares representa un desembolso que para 41.3 por ciento de las personas va de uno a 50 pesos; 35.8 gasta de 50 a 100; 11.7 paga de 100 a 200; 3.9 más de 200 pesos. Un 5.8 por ciento afirmó que no come en la calle.
Los riesgos que conlleva comer en la calle influyen en ocho de cada diez interrogados, quienes señalan que la comida de casa es más sabrosa, en tanto que seis opina que es más rica la de un restaurante y dos dan su voto a la comida rápida (hamburguesas en restaurantes). Pero del total, tres de cada diez manifestaron que el sabor verdadero está en la comida callejera.
Y aunque no falta que alguna vez los mexicanos no resistan comerse unos tacos o garnachas, la encuesta de GCE revela que si desaparecieran las fritangas de la vía pública no afectaría en nada a 43 de cada cien, 25 confesó que le preocuparía un poco y 17 que es probable que algo. El bolsillo de 12 sí resentiría mucho el cambio.
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