Miguel A. Pallares
Los centros de belleza y relajación conocidos como spas son un negocio con alto potencial en México, el cual crece a la par del estrés al que se enfrentan las personas todos los días dentro de sus oficinas y fuera de ellas.
La industria genera ventas superiores a 9 mil 100 millones de dólares y crece a un ritmo superior a 10 por ciento anual, de acuerdo con la Asociación Latinoamericana de Spa (ALS).
"Cada vez más el estrés que vivimos en las ciudades y zonas urbanas hace que la gente se vuelva un cliente asiduo de estos establecimientos, donde encuentran una mejoría notable y una sensación de bienestar", explicó Carmina Cisneros, directora general de Gisele Delorme en México.
Gisele Delorme es una compañía enfocada en la comercialización de productos para el cuidado de la piel que incursionó en el negocio de los spas hace dos años con la franquicia que lleva el mismo nombre. Actualmente, la empresa tiene cuatro franquicias y está en proceso de abrir una nueva sucursal en el país.
"Esta industria ha crecido mucho en los últimos 10 años y el consumidor mexicano se ha vuelto más exigente, pues busca lugares y productos de mayor calidad", añadió la directiva.
Según la Asociación Latinoamericana de Spa (ALS), en México operan más de mil 500 de estos centros de relajación, los cuales se ubican normalmente en ciudades o zonas urbanas, mientras que más de 300 establecimientos están situados en hoteles o centros turísticos.
Este nicho está diversificado, pues también operan los spas médicos, aunque en el país sólo se tienen contabilizados 40 de este tipo negocios establecidos, a pesar de que este segmento registra la tasa de crecimiento más alta, con incrementos anuales superiores a 50 por ciento, según el organismo.
Rocío López, directora general de la Cámara Mexicana de la Industria del Embellecimiento Físico (Camief), explicó que el atractivo de este tipo de negocios se debe a la necesidad de las personas por recurrir a lugares donde pueda quitarse el estrés generado por el trabajo y los cambios de estilo de vida.
La inversión promedio para abrir un spa oscila entre los 300 mil y el millón de pesos; este tipo de negocio tiene un mayor nivel de rentabilidad que la generalidad de los relacionados al embellecimiento físico, de acuerdo con datos de la Camief.
Los retos
Este sector también enfrenta retos, tales como la competencia desleal, la cual afecta a toda la industria del embellecimiento físico, ya sea a través de negocios informales o productos de poca calidad.
"Hay muchos negocios que compiten con precio y desgraciadamente por los problemas económicos México es parte de este problema, entonces es muy importante que las autoridades tengan bien reglamentados los productos que los spas ofrecen al consumidor", añadió la directiva.
Según la Asociación Latinoamericana de Spa, el costo de una terapia o masaje en un spa oscila entre 150 a 300 pesos por sesión. Más del 50 por ciento de estos establecimientos están en posibilidades de certificarse.