¿Eres un 'Godínez' y te sientes atrapado y sin salida? No eres el único.
El trabajo de oficina, que hace 30 años era considerado gratificante y daba cierto estatus social, es hoy en día poco satisfactorio para las generaciones en ascenso profesional que están entre los 20 y 45 años.
Cumplir con un horario, tener un jefe, estar dentro de una estructura laboral, recibir un pago quincenal o semanal, entre otros aspectos, se contrapone con los ideales económicos de una generación que hoy opta por el emprendimiento, por ser su propio jefe o colaborar como freelancer.
Liliana Gerardo Rodríguez, coach de vida, ejecutivo, multidimensional y sistémico, habla en entrevista de la llamada subcultura 'Godínez', en la que chocan dos visiones respecto al desarrollo profesional.
"La subcultura 'Godínez' no tiene que ver con un rol o con un puesto en una organización, sino con el hábito profesional laboral y el tipo de relaciones humanas que se dan dentro de una oficina."
El horario de trabajo y de comida, el lunch, los 'topers', el día de pago, el medio de transporte, son algunos de los temas cotidianos y que forman parte de la cultura popular. Sin embargo, debajo del tono humorístico que se da a la existencia 'Godínez', "hay una generación que no está 100 por ciento satisfecha con el desarrollo profesional que ha logrado".
Hace tres décadas estar en una oficina, tener un trabajo y un salario seguros, no era motivo de burla y hoy se hacen miles de chistes sobre el tema. Sin embargo, aclara, no es que sea un trabajo mediocre. La insatisfacción personal de los 'Godínez' ocurre porque en esta época ha cambiado el concepto de éxito.
Antes el éxito podía ser concebido como: vas a la escuela, tienes una carrera técnica, te contratan en una empresa y tienes un trabajo seguro. Ahora no. Las generaciones nuevas ponderan cosas como la creatividad, la realización, el propósito de vida, muy en el ámbito de la innovación, del emprendimiento. Más que mediocre se considera insuficiente para la satisfacción profesional o el potencial humano.
"Tiene que ver con una transición generacional acerca de la concepción laboral, económica y del éxito" comenta.
Los millennials están atrapados entre ese deber ser que les enseñaron sus padres y la generación que los precede, que no tiene los mismos parámetros de realización personal y ya ni siquiera considera importante ir a la universidad o tener un posgrado, cuando para sus antecesores eso significaba ascenso social y económico.
Liliana Gerardo considera que los 'Godínez' de la generación millennial deben encontrar espacios de autorrealización tanto personal como profesional para cerrar la brecha de la insatisfacción. "Porque además están en una etapa productiva cumbre y les quedan muchos años por delante. Las estructuras laborales deberían sensibilizarse respecto a la crisis generacional que está viviendo la gente más productiva en este momento." Para empezar, dice, deberían medir el desempeño no sólo por tiempo, sino por resultados.
Aclara que en la industria es diferente, porque aunque tienen horarios y comparten comida y espacio laboral, no hay esta subcultura 'Godínez'
"Justamente por la actividad que tiene la gente, porque gran parte de esta caracterización tiene que ver con la poca actividad o el poco movimiento, con el trabajo de cubículo, por ejemplo; te lleva además a una vida sedentaria, a la automatización de las labores. En las industrias, donde la gente está mucho más activa, se observa mucho menos."
Incluso, añade, hay más satisfacción aunque sea menor el salario de las oficinas. "Y ahí es donde vemos que el éxito y el nivel de satisfacción no necesariamente tiene que ver con el salario, sino con la autorrealización de las personas. En un rango operativamente bajo, la actividad y la convivencia les brinda una satisfacción que no les brindaría un trabajo de cubículo frente a una computadora o un teléfono."