Hace unas semanas circuló un video de un grupo de personas viajando en autos que no requerían un conductor. Jugaban con sus teléfonos y uno hasta tomó una siesta. El mensaje: los vehículos autónomos son tan seguros que son aburridos.
Ahora, una tragedia puede retrasar los esfuerzos de la industria hacia la comercialización de esa tecnología. Un auto de prueba de Uber mató el 18 de marzo a un peatón en Tempe, Arizona, lo que provocó investigaciones por parte de los reguladores y una reacción violenta por parte de algunos defensores de la seguridad del consumidor.
"Pondrá la confianza del consumidor a la tecnología años atrás, si no es que décadas", dijo Jason Levine, director ejecutivo del Centro para la Seguridad Automotriz, un grupo de defensa de los consumidores con sede en Washington. "Tenemos que reducir la velocidad". La fatalidad, la primera conocida que involucra un vehículo de prueba autónomo y un peatón, llega en una coyuntura crítica para la naciente industria. Empresas como Alphabet, General Motors Co., Uber y Tesla están invirtiendo miles de millones de dólares para desarrollar la tecnología. Las pruebas en vías públicas en su mayoría habían demostrado estar libres de problemas y no se descubrió que los únicos choques importantes fueran culpa de la tecnología.
Aun así, a medida que los vehículos autónomos se prueban cada vez más en entornos urbanos complejos, aumentan las posibilidades de un incidente fatal. Los líderes de Alphabet han expresado por años su inquietud por el hecho de que una muerte por un choque o pruebas imprudentes en un camino público podría desatar reglas autoritarias.
En mayo de 2016, Joshua Brown, el conductor de un Tesla Model S que tenía piloto automático, se estrelló contra un camión en una autopista de Florida y murió. El proveedor de la tecnología, Mobileye NV, cortó lazos con Tesla y se realizaron numerosas actualizaciones al sistema de manejo autónomo. Pero las consecuencias fueron en gran parte contenidas por Tesla.
"Muchos de nosotros nos sorprendimos de que la muerte de Tesla no tuviera mayores consecuencias. La muerte de Uber podría ser lo que hace que el público en general sea más escéptico", dijo Bryant Walker Smith, profesor de la Universidad de Carolina del Sur, quien estudia las regulaciones de automóviles autónomos.
"En el accidente de Tesla en Florida, la víctima compró y usó el automóvil. En el accidente de Arizona, el vehículo era de prueba bajo el control en todos los sentidos de Uber, y la víctima era una persona común y corriente", agregó Smith.
Sin embargo, los defensores de la nueva tecnología argumentan que los sistemas de manejo sin conductor pueden salvar vidas al estar más alertas y capacitados que los conductores humanos y liberándolos de todo control de los vehículos. "Las personas van a estar al tanto de esta tragedia y esta muerte, incluso si no están conscientes de los cientos de otras personas que murieron en accidentes automovilísticos hoy", apuntó Smith.
Los conductores humanos rara vez enfrentan cargos criminales por accidentes como el de Uber, pero la participación de un vehículo autónomo es territorio nuevo, según Chris Zachar, socio de Zachar Law Firm, una firma legal con sede en Phoenix.
"Nunca ha habido un incidente como éste antes en Arizona", dijo Zachar. Una vocera del Departamento de Policía de Tempe no respondió al pedido de comentarios sobre si se han presentado cargos.
Según la policía, Elaine Herzberg, de 49 años, caminaba fuera de un paso de peatones en el momento en que fue atropellada por el vehículo autónomo operado por Uber.
Actualmente, la ley de Arizona requiere que los peatones cedan a los vehículos el derecho de paso cuando no usan cruces peatonales.
Sin embargo, esta distinción puede no importar en este caso, dijo Zachar. "Si los radares en estos vehículos son tan buenos como dicen ser, ¿por qué necesita la presencia de un paso peatonal?" .