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A Washington le vendrían bien más veteranos

Los exmilitares de EU podrían llevar al Congreso valores y principios que se han perdido entre las frecuentes rencillas partidistas.

OPINIÓN

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Hace cuarenta años, los veteranos militares conformaban aproximadamente tres cuartas partes del Congreso. Para 2017, la proporción se había reducido a menos de uno de cada cinco. La cantidad de veteranos en el Capitolio se reducirá ligeramente el próximo año, debido a las jubilaciones, pero las elecciones de 2018 fueron, sin embargo, un punto de inflexión. Al menos 170 de ellos recibieron nominaciones de los principales partidos para cargos nacionales y al menos 75 ganaron cargos.

Hasta que el mundo viva paz y armonía absoluta, el Congreso de EU necesita la perspectiva y la experiencia de los exmiembros del ejército, especialmente aquellos que han servido en la era posterior al 11 de septiembre.

La formación militar podría ayudar a controlar el exceso de partidismo que obstaculiza el sistema de gobierno.

Entonces, es una buena noticia que un número creciente de los 3.3 millones de veteranos que se unieron después de los ataques del 11 de septiembre están optando por asumir un "segundo servicio" en la política. También es positivo que el número de mujeres veteranas está aumentando. Vale la pena señalar: más de un tercio de los veteranos elegidos eran demócratas, y desempeñaron un papel clave para obtener la mayoría en la Cámara.

Tal vez la nueva afluencia puede dar a los problemas que sufren los veteranos un poco más de la atención que merecen. Por ejemplo, los registros de salud en el Departamento de Asuntos de Veteranos deben incorporarse más rápido a la era digital, una era que ya ha llegado, aunque no a todas partes. La mejora de la cobertura de seguro para la atención de salud reproductiva y la reforma del sistema de discapacidad de los veteranos también sería bienvenida. Durante la campaña, muchos de los veteranos prometieron mejorar los métodos de atención en los servicios para tratar agresiones sexuales.

Más allá de los intereses particulares de los veteranos, los exmiembros del servicio militar tendrían un peso adicional al presionar por una nueva autorización legal para los conflictos de Estados Unidos contra el terrorismo. La medida existente de 2001 está desactualizada.

Los veteranos en mayor número no pueden arreglar todo lo que aqueja al país, pero uno espera que, como grupo, traigan disciplina, sentido del deber y compromiso al país que estén por encima de los intereses políticos.

El Congreso estadounidense ha carecido de esos rasgos últimamente.

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