Para impulsar las ventas en mercados con un amplio y probado gusto por la cerveza, los gigantes productores Anheuser-Busch InBev NV (propietario de Grupo Modelo) y Kirin creen que han encontrado una nueva arma: productos con menos graduación alcohólica.
Así como lo lee, la cerveza más ligera podría ser la llave que llegue al corazón de una nueva generación de bebedores millennials más saludables y conscientes de su imagen. De hecho, AB InBev ya comenzó a probar con uno de sus productos estrella: la Corona mexicana.
En abril, la empresa comenzó a vender en Australia una versión con menos alcohol de Corona, la cerveza extranjera más vendida en ese país. "La mentalidad ahora no es emborracharse, sino beber y disfrutar", dice Jonny Forsyth, analista global de bebidas de la firma de investigación de mercados Mintel Group.
Algunas cervezas en el mercado australiano, por ejemplo, tienen niveles de alcohol cercanos al 6 por ciento, aunque el valor más común es de 4 por ciento. La Corona Ligera 'presume' 3.2 por ciento de alcohol, casi un tercio menos que el nivel original de 4.5.
Entre las mayores influencias detrás del cambio en la industria están las redes sociales, según Forsyth. Los consumidores más jóvenes no quieren tener fotos vergonzosas de ellos borrachos en Instagram o no verse lo mejor posible en Facebook al día siguiente, asegura. "Realmente vinculan el consumo de alimentos, bebidas y alcohol con su aspecto", dice. "No se puede subestimar el impacto de la tecnología en esto".
Por supuesto, una cerveza más ligera no es necesariamente una opción saludable. Y no es que los australianos, por ejemplo, ahorren mucho dinero con la opción de menor alcohol. Un paquete de 24 unidades de Corona Ligera en botellas de 355 mililitros cuesta unos 704 pesos mexicanos en una de las cadenas de licores más populares del país. El paquete del mismo tamaño de cerveza con graduación normal cuesta apenas unos 40 pesos más.
En China, el mercado de consumo más grande del mundo, las cervezas más débiles también han tenido buena recepción, en gran parte porque son más baratas allí. Casi un tercio de las cervezas lanzadas en China en 2016 contenían poco o nada de alcohol, según Mintel.
En todo el mundo, los cerveceros recurren a opciones más ligeras a medida que disminuye el consumo de cerveza. En Europa occidental, el mercado más grande para Heineken y Carlsberg, la demanda de esa bebida con no más de 0.5 por ciento de alcohol saltó alrededor de 20 por ciento entre 2011 y 2016, según Euromonitor. AB InBev planea tener productos bajos en calorías y no alcohólicos que suponen un quinto de sus volúmenes mundiales de cerveza para 2025. Aun así, el auge de las cervezas débiles puede no ser suficiente para resucitar el consumo total.
La demanda de bebidas más ligeras y saludables se ha extendido incluso al creciente segmento de cerveza artesanal, señala Charles Hahn, maestro cervecero de Lion's Malt Shovel Brewery. La evolución en el gusto le está dando un dolor de cabeza técnico, porque las bebidas artesanales son típicamente más fuertes y más amargas que las lagers.
"Es realmente desafiante", comenta. "El alcohol actúa como un potenciador del sabor. Pero la belleza del segmento medio es que hay suficiente para relajarte un poco y todavía puedes dar sabor".
Para AB InBev y Kirin, el segmento medio también podría ayudar a atraer a más mujeres jóvenes a la cerveza, así como traer de vuelta a los bebedores mayores que se han cansado de los efectos físicos de la cerveza fuerte, dice Forsyth. "Mucha gente no quiere renunciar al alcohol, pero quiere ser mucho más equilibrado y mucho más sensato", afirma. "Así es como va el mercado".