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Draghi, del Banco Central Europeo, daría a la UE tasas más altas

El líder del Banco Central Europeo no ha elevado las tasas de interés en los últimos siete años, pero el próximo otoño podría subir las tasas de interés y estas serían las razones.

El próximo otoño, Mario Draghi haría algo que no ha hecho en siete años como líder del Banco Central Europeo (BCE), subir tasas de interés.

El italiano, de 71 años, se encuentra en la recta final de su mandato. Ahora que el BCE está a punto de poner fin al programa de compras de bonos por valor de 2 billones 600 mil millones de euros, Draghi y los demás miembros del Consejo de Gobierno del banco han insinuado que su primer movimiento para deshacer más de media década de estímulos podría darse antes de su salida.

La economía de Europa ya no enfrenta el fantasma de la deflación, un fenómeno que Draghi aprendió a temer. A pesar de un reciente traspié, el BCE considera que el crecimiento en la zona euro sigue encarrilado. También se observa que la inflación avanza hacia el objetivo del banco de poco menos del 2 por ciento, y muchos funcionarios están listos para unirse al endurecimiento monetario liderado por la Reserva Federal.

Para el momento en que aumenten las tasas, muchos de los veteranos de la crisis habrán salido del BCE por cambios cupulares. Mientras el euro celebra dos décadas en enero, alguien reemplazará a Danièle Nouy al frente del Consejo de Supervisión del BCE. Poco después, los ministros de finanzas del bloque nombrarán a un economista en jefe para suceder a Peter Praet. Luego, posiblemente en junio, justo después de que las elecciones al Parlamento Europeo permitan tantear la temperatura política, los gobiernos elegirán al sucesor de Draghi. La presidencia del BCE es uno de los premios más jugosos en la tierra del euro. En este momento, el abanico de candidatos está formado por gobernadores y exgobernadores de bancos centrales de países del norte de Europa.

La alta política determinará si Draghi es reemplazado por el alemán Jens Weidmann, el finlandés Erkki Liikanen, el francés François Villeroy de Galhau u algún otro.

El tiempo que Draghi lleva en la presidencia muestra cómo la influencia del cargo trasciende el dolor de cabeza de tener que debatir cada decisión con 24 funcionarios. A través de maniobras políticas, Draghi arrastró a su Consejo de Gobierno a la flexibilización monetaria. En el punto más crítico de la crisis de la deuda en 2012, Draghi desenvainó un arma que nunca ha usado: el mecanismo denominado Operaciones Monetarias Directas, apodado "bazuka", que le permite al BCE comprar bonos soberanos siempre que el país emisor acuerde ejecutar medidas económicas domésticas estipuladas. La creación de la herramienta fue suficiente para contener el caos en la unión monetaria por tres años. Alguien con un récord como el de Draghi no necesita cerrar su mandato de forma dramática, afirma Gilles Moec, economista en jefe para Europa de Bank of America Merrill Lynch. "Su legado ya está escrito", añadió.

Ya sea que el BCE aumente o no las tasas antes de que Draghi se vaya, la magnitud de cualquier ciclo de endurecimiento monetario será determinada por su sucesor. La primera reunión del Consejo de Gobierno con Draghi a la cabeza en noviembre de 2011 es un recordatorio sobre la rapidez con que se pueden materializar los cambios. Los mercados esperaban que el BCE mantuviera las tasas sin modificaciones, pero él les aplicó un recorte de un cuarto de punto, un cambio repentino después de dos aumentos ese año. Tal vez lo único que le incomode a Draghi al terminar su mandato es que el gobierno populista de su país natal ha reavivado las preocupaciones de los inversores sobre la deuda de Italia. Un aumento sostenido en los costos de endeudamiento del país podría arruinar sus últimos meses en el BCE y frustrar el plan para un alza de tasas.

Con la colaboración de Paul Gordon, Xiaoqing Pi y Carolynn Look

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