El trabajo de Alberto de la Fuente se ha vuelto mucho más movido. Hace unas semanas, el jefe de Royal Dutch Shell en México presidió los esfuerzos de su empresa para ganar bloques petroleros en la ronda de ofertas más grande del país, no una, ni dos, sino nueve veces.
De un solo golpe, Shell se hizo de un tercio de los bloques que se ofertaron en la ronda, convirtiéndose así en la mayor compañía privada en las aguas profundas de México, con De la Fuente a la cabeza.
"Shell está muy satisfecha con el resultado", dijo De la Fuente tras la oferta. "Los bloques que Shell ganó con nuestros socios y por nuestra cuenta nos permitirán expandir nuestras operaciones en México y confirmar el compromiso a largo plazo que tenemos con el país a través de nuestra participación en el desarrollo de una energía sólida, moderna y un sector sostenible".
De la Fuente, un hombre de larga carrera en el mundo petrolero, saltó al sector privado poco antes de que México diera sus primeros pasos para abrir la industria. Tuvo cargos en la Secretaría de Energía y en la Comisión Reguladora de Energía, antes de unirse a Shell en 2006.
Su carrera dentro de la multinacional petrolera angloholandesa lo ha llevado alrededor del mundo, desde la gestión de la comercialización del mayor proyecto de hidrocarburos de Australia, el North West Shelf, hasta trabajar como asesor de negocios de gas natural licuado (GNL) en Medio Oriente.
De la Fuente fue nombrado presidente y director general de Shell México en julio de 2012. En ese momento, las operaciones de la empresa se limitaban a la venta de lubricantes y a las importaciones de GNL. Pero la apertura energética de 2014, y su alcance que sorprendió a todos, lo pusieron en el centro de una nueva era para la empresa y el país.
Las reformas permitieron a Shell dominar una vez más el vasto territorio petrolífero inexplorado del país, luego de que sus activos fueran incautados en la expropiación de 1938, que representaban aproximadamente el 60 por ciento de la producción energética de México en ese momento.
En la ronda de ofertas del 31 de enero, Shell ganó los derechos sobre nueve de los 29 tramos principales del Golfo de México que se ofertaban cerca del lado estadounidense, donde la empresa ya tiene una importante actividad. La compañía con sede en La Haya ganó cuatro áreas en la cuenca de Salina y solo cuatro en el área de Perdido en asociación con Qatar Petroleum, más uno adicional con Pemex. El año pasado también ganó los derechos para explotar un área de aguas someras en mancuerna con la francesa Total SA.
"México ha avanzado particularmente rápido en la consolidación de un sector energético eficiente, competitivo y transparente, lo que nos hace sentir muy optimistas sobre el futuro", aseveró De la Fuente.
Si la perforación en los campos de aguas profundas de México no fue suficiente para mantener ocupado al director de Shell, en octubre de 2016 De la Fuente fue electo presidente de la junta directiva de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos. También supervisa el ascenso de Shell como un jugador importante en el mercado minorista de gasolina de México, con planes de invertir mil millones de dólares en 10 años en estaciones de servicio y otros negocios de retail, incluyendo lubricantes, almacenamiento y transporte de combustibles, y tiendas de conveniencia.
Así que ya sabe, si ve muy ajetreado a De la Fuente, razones no le faltan.