PURSUITS
Las bicicletas de gama alta de estos días son sistemas completos: computadoras para medir la potencia, encender luces e incluso cambiar velocidades. Pero la carrera por adoptar cada innovación lo más rápido posible no siempre le ofrece al cliente un lindo paquete.
"Ahora, en una 'bici' de gama alta quizás tengas que cargar cuatro o cinco baterías", dice Chris Yu, director de tecnologías integradas en Specialized Bicycle Components. "Muchas de ellas tienen una experiencia de app conectada. Si se hace mal, es malo para la experiencia del ciclista".
Pero es en el segmento de las bicicletas eléctricas en donde grandes compañías lo hacen bien; diseñadas para quienes no son expertos y prefieren una experiencia más simplificada. Estos modelos se ven y funcionan como una 'bici' tradicional, pero integran un motor eléctrico para que no pedalees tanto.
Altamente populares en Europa, las bicicletas eléctricas comienzan a tener mayor presencia en Estados Unidos y México, en donde sus defensores esperan que podrán persuadir a más gente a dejar su auto en casa y trasladarse al trabajo pedaleando.
La industria vendió 77.1 millones de dólares en 'bicis' eléctricas en 2017, 91 por ciento más que el año previo, según el investigador de mercados NPD Group, y las ventas han aumentado más de ocho veces desde 2014.
Hace poco probé la Quick-E+ de Giant Bicycle. En un marco de aluminio está una batería de litio ion de 36V recargable que da poder a un motor eléctrico de 500 watts, una computadora y luces automáticas. Todo lo que podría querer un usuario está aquí: defensa, soporte y un rack.
La Quick-E, de 3 mil 115 dólares, tiene un modelo de pedaleo asistido. El motor siente qué tan rápido pedaleas y qué tan rápido vas, luego produce la cantidad justa de poder para igualar tu esfuerzo e impulsarte a un máximo de 45 kph.
Los controles de la computadora son intuitivos y fáciles de manipular con tu pulgar izquierdo, incluso en el tráfico citadino. Puedes escoger el nivel de asistencia que quieras del motor: ecológico tiene menos poder; normal te da, bueno, una cantidad normal; y si llevas prisa, hay modo poder.
La pantalla de la computadora del tamaño de un beeper enseña el modo de manejo, velocidad (actual, promedio y máxima), tiempo de viaje y autonomía de la batería. Ese rango varía según el terreno, modo de manejo y tu peso; me enteré rápido que la Quick-E+ rendía unos 110 kilómetros antes de que necesitara enchufarse.
No hay otra forma de decirlo: esta 'bici' es estúpidamente divertida de manejar. Gira los pedales y pronto pasearás con toda la diversión de las dos ruedas pero sin sus desventajas; ya sabes... como el esfuerzo físico y sudor.
Aún así, como con la mayoría de la tecnología nueva, todo lo bueno tiene un lado malo. La Quick-E+ es pesada y difícil de arrastrar. Los manubrios son amplios, lo que da al conductor un poco más de control, pero demasiado estorbosos para navegar en el tránsito urbano.