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La startup mexicana que ayuda a financiar... startups

Las nuevas empresas se impulsan con una plataforma tecnológica de inversión colectiva mexicana llamada Play Business.

En México, el 85 por ciento de las empresas se desarrolla y crece a través del financiamiento. Para Marc y Joan, dos emprendedores que rondan los 30 años, este dato es conocido por doble vía. Por un lado, la firma que ellos fundaron es resultado de una inversión colectiva; por el otro, ellos consideran al financiamiento como la materia prima de su negocio.

Después de estudiar Derecho y Economía en el Tecnológico de Monterrey y haber trabajado en áreas de propiedad intelectual, franquicias y marketing, Marc Oyamburo cofundó una plataforma tecnológica de inversión colectiva que levanta capital para impulsar startups o compañías en etapas tempranas. En otras palabras, se convirtieron en una startup que ayuda a financiar startups.

El nombre de su empresa, Play Business, surgió de la experiencia laboral de Marc en Mattel y Hasbro.

"Play Business, de forma fría, es una combinación de todos los años de experiencia tanto de universitarios como de profesionales, con una base jurídica y económica sólida", explica Marc en entrevista con Bloomberg Businessweek México.

Para Joan Segura, CEO y otro socio fundador de la plataforma, el objetivo también es crear sinergias entre inversionistas y emprendedores, e incentivar y cambiar la cultura de inversión en el país.

En el crowdfunding, hay tres ingredientes: una plataforma, un público inversionista y emprendedores.

LA PLATAFORMA

Antes de iniciar operaciones, el mayor temor de Marc y Joan era que la gente quisiera invertir a través de internet, pues la plataforma consiste en un catálogo de compañías seleccionadas, a las que cualquier persona puede inyectar desde 100 pesos.

Según los socios, entre las mayores trabas están el explicar qué es una startup, hacer conciencia de la sobrevaloración de lo que se entiende como una inversión y la desconfianza en el medio digital.

Al no tener una cartera de clientes inversionistas, su primera ronda de levantamiento de capital se hizo entre allegados, por un monto de 650 mil pesos.

"Nuestro primer proyecto fondeado fue Briko, una plataforma para aprender a programar a través de la robótica, la cual logró fondearse en apenas 9 días con 650 mil pesos", relata Oyamburo.

La segunda ronda de levantamiento de capital dio un salto exponencial, pues fue por 6 millones de pesos y fue abierta al público en general.

Tres años después, Play Business tiene 78 startups activas, 45 mil usuarios fondeadores y 126 millones de pesos levantados en más de 100 rondas.

Que una startup sea seleccionada por Play Business para ser fondeada no es fácil.

En el proceso de revisión de proyectos las ideas pasan por varias etapas hasta llegar al comité de inversión. Solo 10 por ciento de los recibidos se publican en la plataforma para conseguir financiamiento.

"Entre el due dilligence o filtros que utilizamos, está el requisito de que 30 por ciento de los recursos que necesita la idea provenga de familia y amigos, lo que genera confianza y evita riesgos. Si no se logra este objetivo, la idea no se lista en la plataforma", explica Joan, egresado de Ingeniería Mecatrónica del Tec de Monterrey y de un MBA del Babson College, en Boston. "Últimamente, vemos una altísima demanda de Pymes que se acercan porque operan como startups, que han sido una especie de híbrido entre tecnología e ideas tradicionales. Por ejemplo, una agencia de viajes que usa un robot que vende y atiende a clientes vía WhatsApp".

En regulación, el camino de Play Business tampoco ha sido sencillo. Al arrancar a través de un modelo jurídico y económico que desarrollaron y presentaron ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), los fundadores hallaron el sustento legal para ofrecer seguridad a sus usuarios. Sin embargo, aunque la Comisión dio el visto bueno para operar, no estaban claramente regulados.

"Años después, este modelo, a través del artículo 16 fracción 3 de la Ley Fintech, utiliza como molde a Play Business en la regulación", afirma Oyamburo.

Con la aprobación de esta ley el mes pasado, se abrió oportunidad en el ecosistema del financiamiento colectivo, pues incluso antes de su aprobación había 4 mil proyectos fondeados con un monto cercano a 256 millones de pesos, según la CNBV.

"El mercado pedía a gritos una regulación para el sector debido a que todas las plataformas Fintech en su conjunto hacen transacciones superiores a las de American Express y por eso fue relativamente sencillo que nos hicieran caso los distintos actores", menciona Joan. "Colaboramos en la elaboración de la Ley como miembros de la Asociación de Plataformas de Fondeo Colectivo (AFICO) y participamos con la idea de hacer algo que le funcionará a todos".

EL INVERSIONISTA

Tras apostar en 12 startups de Play Business, Rafael Hernández Serrato, de 29 años, ya es catalogado por la plataforma como un inversionista sofisticado.

Con un algoritmo que analiza la antigüedad de un usuario y el tipo de inversiones que realiza, la plataforma etiqueta a estos participantes y les da prioridad de inversión en proyectos. A Rafael, un ingeniero informático y técnico industrial del IPN, le toma entre 15 y 30 días decidir si hace o no una inversión.

"Yo había realizado inversiones en bienes raíces. Tras una investigación detallada de distintas plataformas, que incluyó a startups como Fondeadora, Crowfunding y Play Business, me pareció que esta última hacía sentido con lo que buscaba y con los fundamentos legales con los que funcionaban, que era algo que me preocupaba", dijo en entrevista. "La plataforma te provee de lo que necesitas saber de las startups en las que te interesas".

Rafael, quien supo de Play Business por un evento de networking, ha involucrado a los asesores que le ayudan a resolver dudas sobre temas o sectores con los cuales no está familiarizado.

"En la primera startup en la que participé invertí 40 mil pesos, esto por el volumen del mercado que iba atacar, porque la idea ya estaba probada y el equipo tenía un experiencia laboral en empresas muy importantes como Amazon, Elektra y Grupo Carso y conocían lo que estaban haciendo", recuerda Rafael.

Después de esta experiencia comenzó a diversificar su participación en distintas startups, con porcentajes de equity de diferentes tamaños y en algunos casos aumentando sus inversiones.

"Depende de la fase en la cual se encuentre el emprendedor el riesgo que se asume es diferente, por ejemplo puede haber startups ya consolidadas o algunas en fase de discovery que apenas analizarán quienes son sus clientes potenciales", dijo el inversionista.

Para él, como inversionista, es muy importante conocer a los emprendedores que apoya, por las conexiones, experiencia y conocimiento que pueden aportar. En su portafolio, por ejemplo, tiene startups de energía, como Red Girasol, cuyos fundadores son un matrimonio de ingenieros del Tec de Monterrey especializados en energía renovable y sustentable.

La forma de materializar la inversión en Play Business es con la venta de tu participación en la plataforma por otro usuario interesado o si una empresa más grande quiere adquirir la startup al 100 por ciento a la valuación que se establezca. De los 12 proyectos en los que ha participado, asegura que hay unos en donde obtuvo 11 veces su inversión.

"Estoy consciente del riesgo de este tipo de inversiones, pero también del potencial, y esos son los motivos por los cuales planeo mantener mi participación por más de 5 años", concluyó.

EL EMPRENDEDOR

Hacer un concierto puede ser muy rentable y esta compañía lo sabe. Fundada en Chile en 2014 con un holding en Estados Unidos y presencia de operaciones en México hace apenas un año y medio, Weeshing ha crecido de manera muy acelerada en estos últimos años y ya tiene actividades y socios en varios países de América Latina, incluyendo Colombia, Perú, Brasil y Argentina.

"Somos la primera plataforma de inversión colectiva que permite a sus usuarios invertir en conciertos, y compartir ganancias y riesgos con los productores", comentó Guillermo Padrón, director general de Weeshing en México.

"Marc y Joan conocieron a Rodrigo Segal (uno de los cofundadores de Weeshing) en Chile, en un evento que tenían de financiamiento. Rodrigo les contó la idea de abrir la oficina en México y ellos le sugirieron usar Play Business para fondear la apertura, todo esto a finales de 2016. A principios de 2017 ya estaba lista la inversión para operar en México.

"A través de la plataforma, se levantó el 1 por ciento de la compañía", comentó Padrón, egresado de mercadotecnia, negocios internacionales y finanzas de la Universidad de Texas.

Según el directivo, se eligió la plataforma de fondeo mexicana por lo amigable y sencillo de entender y lo adecuado para el tipo de negocio, además de los contactos y la experiencia del equipo.

"Habíamos trabajado con otras plataformas de crowdinvesting en otros países y no fue tan sencillo como con Play Business", dijo Padrón. "Con la expansión que tuvo Weeshing a nivel global se puso a la venta el 10 por ciento de la compañía, los inversionistas de Play Business aún mantienen su posición a través de una nota convertible a 36 meses, cuando ésta llegue a su maduración, ellos podrán decidir qué hacer, ya sea cambiarla por el porcentaje que les toca sobre el retorno, mantenerlo o transferirlo a alguien más".

Con la creación de un robot analítico que analiza las tendencias de artistas, la plataforma busca tomar mejores decisiones sobre los eventos a invertir.

Desde julio de 2017, se han financiado 22 conciertos y planean este año llegar a 40. Hasta hoy llevan un récord de 17. Padrón afirma que los porcentajes de retorno pueden ir del 25 al 45 por ciento como máximo posible derivado de la venta de los boletos.

Sin embargo, además de la inversión, la plataforma ofrece experiencias según lo negociado con productores, que pueden ir desde la venta del boleto del evento hasta un 'meet and greet' con artistas.

"Recomendamos a los usuarios de Weeshing que, como en toda inversión, en este tipo de inversiones diversifiquen en los eventos", dijo.

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