Durante los últimos 15 años, la empresa Blue Origin de Jeff Bezos ha sido el gran misterio de la industria espacial.
La compañía de cohetes, fundada por el fundador de Amazon.com, recibió atención por el respaldo que le dieron personajes multimillonarios y ocasionales videos de pruebas de lanzamiento que cautivaban a los frikis del espacio. En su mayor parte, sin embargo, Blue Origin evitaba la publicidad y, francamente, no parecía estar a la altura en los logros de sus pares, en particular SpaceX de Elon Musk.
Pero es ahora muy claro que Blue Origin está lista para ser el centro de atención y que una emocionante y moderna carrera espacial está en marcha.
El lunes, Blue Origin envió su nave New Shepard al espacio y trajo el cuerpo del cohete de regreso a la tierra. La nave espacial aterrizó a sólo cuatro y medio pies de donde despegó, a pesar de los vientos cruzados de casi 200 kilómetros por hora.
"Ahora tenemos bajo nuestro resguardo, en nuestro centro de lanzamientos en el oeste de Texas, la más rara de bestias: un cohete utilizado", dijo Bezos en un comunicado. "La reutilización completa es un cambio en las reglas del juego, y no aguantamos la espera para cargarle combustible nuevamente y hacerla volar otra vez".
En la actualidad, Space Exploration Technologies (SpaceX) de Musk es el proveedor de bajo costo de los lanzamientos de cohetes, con precios de 60 millones de dólares para poner cargas en el espacio.
La esperanza es que los cohetes reutilizables podrían un día bajar ese precio a los 6 millones de dólares por lanzamiento. Con esos precios, la industria espacial comercial cambiaría para siempre haciendo viables los viajes espaciales para turistas, investigadores y muchas empresas por primera vez. La animosidad entre las dos empresas y sus fundadores continúa creciendo.
La hazaña de Blue Origin viene con varios detalles; en primer lugar, fue sólo una prueba. Blue Origin aún tiene que completar su primer lanzamiento de un cohete pagado por un cliente; el New Shepard está dirigido al turismo espacial, para llevar a la gente al borde del espacio, donde pueden pasar unos minutos sin gravedad antes de regresar a la tierra; la ingeniería necesaria para enviar un cohete que coloque un satélite en órbita o lleve suministros a la Estación Espacial Internacional es mucho más exigente, así como también lo es la física detrás del aterrizaje en la tierra de un cohete de esas características.
Por otra parte, SpaceX ha aterrizado con éxito cohetes mucho más grandes, igualmente sólo en pruebas y después de breves vuelos. También ha estado muy cerca en un par de ocasiones para el aterrizaje de su cohete en una barcaza flotante en el océano después de enviar cargas útiles comerciales al espacio. Pero SpaceX no se pudo ejecutar un aterrizaje exitoso en un vuelo real antes de Blue Origin logró su hito.
La animosidad entre las dos empresas y sus fundadores continúa creciendo. En Twitter, Musk felicitó brevemente Bezos y luego emitió una serie de mensajes de seguimiento en los que explicó que SpaceX tiene un proyecto de ingeniería más complejo y que otros grupos han aterrizado en el pasado vehículos "suborbitales". En este caso, que llame a Blue Origin un jugador "suborbital" es como decir "Tu ingeniería es débil, 'bro'".
Jeff maybe unaware SpaceX suborbital VTOL flight began 2013. Orbital water landing 2014. Orbital land landing next. https://t.co/S6WMRnEFY5
— Elon Musk (@elonmusk) noviembre 24, 2015
La animosidad de Musk hacia Bezos y Blue Origin son comprensibles. Cuando Bezos fundó Blue Origin en 2000, ya era un hombre increíblemente rico gracias a Amazon. Bezos no tenía ninguna presión por convertir a la empresa en una operación lucrativa. En cambio, se permitió a un equipo de ingenieros trabajar en secreto casi total durante años y se mantiene el financiamiento de la empresa, a pesar del lento progreso. Adoptó un enfoque más pausado para convertirse en un magnate del espacio.
Musk no tenía estos lujos en 2002, cuando inició SpaceX. Hizo más de 200 millones de dólares por la venta de PayPal, que él cofundó y vendió a eBay, pero Musk tubo que dividir ese dinero entre SpaceX, Tesla Motors y SolarCity. Para mantener a SpaceX, Musk ha tenido que convertir rápidamente a la compañía en un jugador global en la industria aeroespacial, luchando contra el gobierno, respaldado por empresas de lanzamiento en Rusia, China, Europa y Estados Unidos. Estas presiones casi destruyeron SpaceX en los primeros días, pero tenían el beneficio adicional de impulsar la tecnología de la compañía a un ritmo rápido. SpaceX ha completado ya cerca de 20 misiones con éxito y tiene una cartera de pedidos de vuelos por un valor de varios miles de millones de dólares.
Tal vez a causa de estos diferentes enfoques, Musk ha sabido lanzar dardos a Bezos. SpaceX y Blue Origin, por ejemplo, se enfrentaron en un punto sobre el acceso a una plataforma de lanzamiento de la NASA. En ese momento, Musk dijo a SpaceNews que Blue Origin "aún no ha tenido éxito en la creación de una nave espacial suborbital confiable, a pesar de pasar 10 años en el desarrollo".
SpaceX y Blue Origin también se pelearon fuertemente por reclutar a los mejores talentos. En su momento, SpaceX estableció un filtro de correo electrónico en busca de cualquier persona que recibiera un e-mail con "Blue Origin" en el texto, y sus empleados se refieren regularmente a los competidores simplemente como "BO".
Las dos nuevas empresas también han demostrado que los multimillonarios con sueños de ciencia ficción realmente pueden competir con las empresas respaldadas por el gobierno. Anteriores jóvenes millonarios entusiastas por el espacio, como Andrew Beal, tenían carreras de éxito, pero nunca lograron emerger como competidores reales. Ahora parece que Estados Unidos, pasó de ser dominante a convertirse en totalmente competitivo en el mercado de lanzamiento mundial, tiene las dos nuevas empresas espaciales más prometedoras en el mundo y sería el líder en la industria aeroespacial. Todo gracias a un vendedor de libros en línea y un joven de PayPal.