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Y tú, ¿eres un villamelón?

Conoce el origen histórico de "villamelón", una palabra que desde el siglo XVIII ha sido utilizada de forma peyorativa. Pocos saben que Villamelón era una aldea imaginaria. 

Desde hace casi un mes el futbol es el tema más hablado en los medios de comunicación, en las redes sociales y en las reuniones con amigos y familiares. 

Ya sea con profundidad o banalidad, todos hablan de la pelota, de los jugadores, de los estadios, de los partidos. Pero también se habla de las novias de los futbolistas, de sus fortunas, de escándalos, de polémicas. Y para ello no se requiere precisamente ser un especialista en el balompié. 

Sin embargo, existen aficionados que se enojan al escuchar opiniones de personas que, según ellos, sólo ven el futbol por moda o tendencia. Y utilizan el término "villamelón" para referirse a ellas. Sin embargo, ¿sabes cuál es el origen de este insulto preferido por los fanáticos?

El término "villamelón" tiene su origen en los últimos años del siglo XVIII, en España. Los ibéricos solían llamar "melones" a aquellos individuos que no eran muy capaces mentalmente. En suma, llamaban "melones" a todos los tontos. De hecho, el diccionario de la Real Academia Española (RAE) define "melón" de la siguiente forma: 3. m. coloq. Hombre torpe o necio.

El tiempo pasó y, como es natural en el lenguaje, la palabra evolucionó a "villamelón", cuyo término aludía entonces al pueblo donde habitaban los "melones", los tontos. De esta forma, la sociedad española excluía a los incultos diciéndoles: "pobrecillo, seguramente actúas así porque vienes de Villamelón". 

La revista Algarabía refiere en su página web que en la edición del 13 de mayo de 1883 de la revista Madrid Cómico aparece un dibujo donde se ve desfilar a un grupo de personas junto a unas letras grabadas que rezan así: "Semos de Villamelón. No sabemos escrebir. Venimos de la junción. ¡Nos vamos a divertir!".

En la tauromaquia fue donde se desarrolló el término "villamelón" como crítica a un aficionado de moda. Los amantes de la faena no soportaban que hubiera gente que sólo iba a la plaza a platicar o beber vino. Por ello, en diversas revistas taurinas se comenzó a afirmar que estas personas eran "Los aficionados de Villamelón". 

Los años siguieron pasando y comenzó a propagarse como virus la palabra. A México llegó de la siguiente manera: La Sombra de Pepe Hillo, un periódico mexicano que se publicaba a finales del siglo XIX (1887), refirió en una de sus secciones el artículo "Los Aficionados de Villamelón". 

Hoy, Villamelón sigue siendo un pueblo imaginario, pero con más habitantes que nunca, ya que ahora ahí pueden vivir falsos aficionados al futbol, a los toros, al basquetbol, al cine y hasta al teatro. 

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