Juan Villoro es tajante cuando asegura que la cultura no es un objetivo principal para el gobierno entrante: "Hasta ahora no ha habido ningún interés por ella".
"La cultura no figuró en las campañas. El hecho de que se pensara que el PES (Partido Evangelista Social) podía encabezar la Comisión de Cultura (y Cinematografía de la Cámara de Diputados) significa que no hay el menor interés por ella. Tampoco ha habido alguna señal de que la cultura vaya a ser prioritaria", señala en entrevista.
El autor de Dios es redondo y La utilidad del deseo profundiza en su observación sobre el Legislativo: "Se trata de un despropósito que un instituto político con una vocación religiosa radical lidere la cultura en un país laico. (Eso) revela que la cultura se considera un tema de segundo o tercer nivel. Fue grave".
Al mismo tiempo reconoce que el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, es un gran lector, particularmente de la historia de México. "Es un hombre con una preparación intelectual seria, lo cual no debemos desestimar nunca, y que ha tenido muchas amistades con intelectuales, pero -resalta- en campaña no puso una prioridad en lo cultural".
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“AMLO es un hombre con una preparación intelectual seria, lo cual no debemos desestimar nunca, pero en campaña no puso una prioridad en lo cultural”
El escritor conversa con El Financiero en la Feria Internacional del Libro de Oaxaca, donde presentó El vértigo horizontal. Una ciudad llamada México (Almadía), una de las mesas más esperadas del encuentro. El título de su su más reciente libro, explica, busca describir esa sensación de mareo que produce un horizonte infinito.
Desde hace 25 años Villoro comenzó a escribir textos sobre la urbe en que nació. Son producto de una mezcla "de amor-odio" que lo estimula e irrita en dosis iguales. Una vez que tuvo material suficiente decidió crear un libro múltiple que permitiera entender un poco los itinerarios de una de las ciudades más pobladas del mundo, gobernada por distintos partidos políticos.
En su opinión, la paradoja es que mientras el nuevo gobierno representa la esperanza de un futuro distinto, "evoca muchas cosas del pasado". "Se parece mucho al periodo de Luis Echeverría, pues se respeta el modelo económico de libre mercado. Se respeta básicamente el status quo y se hacen al mismo tiempo modificaciones que pueden beneficiar a los más necesitados. Se pone énfasis en muchas políticas nacionalistas progresistas, vuelve a ser un México con absoluta mayoría en las cámaras que recuerda mucho al México de los años 70, un época de nostalgia para muchos porque se estaba mejor en ese entonces", dice el ganador del Premio Iberoamericano de Periodismo Rey de España 2010.
"La corrección del presente -continúa- quizás no va tanto hacia el futuro, sino hacia ciertas zonas del pasado". Hace una pausa. "Esto aún está por verse. Porque ahora son sólo declaraciones y una combinación de alianzas que le permitieron la nuevo presidente llegar al poder, pero habrá que ver qué es lo que hace con el inmenso respaldo recibido una vez que llegue".
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“Se parece mucho al periodo de Luis Echeverría, pues se respeta el modelo económico de libre mercado”
Gigante que marea
En su nuevo libro, Villoro se lanza a una empresa casi imposible: describir ese vértigo horizontal que despliega la CDMX, una megaciudad cuyo porvenir es tan incierto como su futuro como epicentro cultural del país.
A lo largo de 400 páginas -que dedica a la memoria del fallecido Sergio González Rodríguez-, el autor desarma el rompecabezas que conforma la urbe, no solo en sus disímiles geografías y su accidentada historia, también en la aventura cotidiana de sus diversos grupos sociales, su variopinta riqueza cultural y sus problemáticas urgentes.
El periodista y dramaturgo deconstruye, en esta nueva obra, la movilidad, la gastronomía, los rituales, los barrios y oficios más peculiares; los grupos suburbanos, la inseguridad, la religión y hasta la burocracia de la capital, un centro de acogida y de migrantes, extraordinario pero complejo. En su narración también aparecen héroes, cantantes, luchadores o gobernantes desde tiempos inmemorables.
La visión para cada habitante, dice, depende de sus referencias generacionales y de la suerte que le ha marcado el destino. A él le tocó crecer en la colonia Insurgentes Mixcoac. Su referente generacional es la Torre Latinoamericana, edificada en 1956, el año de su nacimiento, y que durante lustros fue la más alta de la región. Fue levantada en contraesquina al recinto cultural más importante de México, el Palacio de Bellas Artes, donde por décadas se ha aglutinado lo "mejor" de la cultura nacional e internacional.
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“La corrección del presente quizás no va tanto hacia el futuro, sino hacia zonas del pasado”
El símbolo de Pellicer
Una de las esperanzas de Villoro es que el próximo gobierno enaltezca en sus decisiones en materia cultural al poeta y museógrafo tabasqueño Carlos Pellicer (1897-1977), misionero cultural y alfabetizador del México de inicios del siglo XX que fue amigo de López Obrador.
"Me encanta la idea de que se celebre a Carlos Pellicer, uno de nuestros mayores poetas".