La ética –dijo Ryszard Kapuscinski– es la piedra angular del periodismo. ¿Es válido, entonces, que un comunicador utilice sus espacios de opinión para expresar simpatía por un candidato? Los decálogos del oficio indican lo contrario. Lo tienen casi en letras de oro: el periodista debe conservar su objetividad y mantenerse alejado del poder.
El Financiero consultó a periodistas y analistas de distintos medios de comunicación y las respuestas que se obtuvieron fueron plurales.
León Krauze, quien trabaja para Univisión, asegura que el periodista debe ser imparcial y no debe manifestar su empatía por ningún político. La función del comunicador, dice, es inapelable: hacer preguntas y exigir respuestas claras; más en tiempos electorales, en los que la clase política evade cuestionamientos mediante discursos acartonados y lugares comunes, asegura.
"(Pronunciarse por un candidato) es una decisión con consecuencias éticas importantes. Lo ideal es que el periodista mantenga la imparcialidad. Somos personas y, naturalmente, tenemos preferencias, pero debemos dejarlas fuera de nuestros espacios y nuestras redacciones", considera el moderador del segundo debate presidencial, quien afirma que tiene un favorito dentro de la boleta electoral, pero prefiere reservarse el nombre.
El director editorial del portal Sin Embargo, Jorge Zepeda Patterson, considera válido que los periodistas utilicen los géneros de opinión –columnas, blogs o artículos– para expresar su afinidad a un partido político o un candidato. El pasado 7 de febrero, se inclinó a favor del candidato por la coalición Juntos Haremos Historia, a través de un artículo publicado en El País, titulado Razones y sinrazones de López Obrador. En él asegura que el líder de Morena es "un hombre decidido a hacer un cambio a favor de los pobres" y "el único de los tres que ofrecería cambios significativos" pese a "su mecha corta con respecto a las críticas".
"Lo que no se puede hacer es expresar preferencias en las coberturas informativas. Ahí el periodista debe irse con mucho tiento. Sin embargo, como ciudadano, periodista y analista político, siento que el país se le está cayendo de las manos a una administración que es la herencia de los últimos lustros. Por incierto que sea el cambio, ha llegado el momento de apostar por otra manera de intentar concebir las cosas. Y me refiero a López Obrador, con todos sus claroscuros", comenta Zepeda Patterson.
Hay quienes, sin embargo, se decantarán por lo que mucha gente llama "el voto útil contra López Obrador". Tal es el caso del pensador Gabriel Zaid, quien el 27 de mayo escribió en Reforma que votará por el segundo lugar. "Aunque sea Anaya", escribió, y calificó al candidato como inteligente. Uno de sus argumentos fue: "la caballada está flaca", en referencia al débil perfil que tienen los candidatos presidenciales.
El economista y colaborador de esta casa editorial, Macario Schettino, también se ha pronunciado a favor del abanderado de la coalición Por México al Frente. "Porque hoy, como en 2006, es importante que pierda López Obrador", escribió en su columna Fuera de la Caja, en febrero pasado.
"En 2000 escribí a favor del voto útil por Vicente Fox y luego lo critiqué; sucedió lo mismo con Felipe Calderón en 2006", dice en esta serie de entrevistas. Y asegura que, si Anaya llega a Los Pinos, será crítico de su sexenio. "Recientemente, al menos en mi caso, ha sido más difícil criticar a Obrador que al presidente".
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Deberíamos seguir el ejemplo de Estados Unidos, donde en cada elección los medios toman partido sin que se demerite la calidad de su contenido"
La objetividad: ¿mito o deber?
Para Juan Villoro el periodista de hierro entiende la razón como algo que está fuera de él y debe constatar, ¿con qué bases puede afirmar que tal o cual candidato es benéfico o dañino para la democracia nacional? ¿Qué tan realista es la columna de opinión en tiempos electorales?
"La objetividad absoluta es inalcanzable" afirma Schettino. Juan Ignacio Zavala –hermano de la ex candidata Margarita Zavala y columnista de El Financiero– tiene una opinión similar y asegura que los que tienen el privilegio de ocupar un espacio en los medios tienen la obligación de participar activamente en los procesos electorales.
"Veo con satisfacción que, en los últimos años, (los periodistas) expresan su apoyo al proyecto que consideran más adecuado para el país. Eso es un avance: dejar atrás esa falsa objetividad, esa falsa idea de que nada más hay que hacer el análisis de las cosas. En la medida en la que los medios sean más claros en sus posiciones a favor o en contra de los candidatos, se fortalecerá nuestra vida democrática", considera el analista, quien asegura que tiene "su gallina" y votará por ella, aunque ya sea inútil.
Ricardo Raphael, colaborador de El Universal y conductor de Canal 11 y Canal 40, piensa muy distinto. Está seguro de que el periodismo y la militancia son antagónicos. El periodismo –dice– es hecho por individuos con ideas y convicciones propias, pero éstas deben quedar fuera a la hora de ejercer el oficio.
"El periodismo es crítico o no es. Debe alejarse de las indolencias y las lealtades condicionales. Hay casos, eso sí, en los que los medios se decantan por algún candidato. Ha sido el caso del New York Times o el Washington Post. Se vale esa postura si se establece a partir de elementos razonados: es la honestidad del medio que no oculta su tendencia a la gente. Lo preocupante son los medios que se hacen pasar por voces neutras cuando lo que en realidad hacen es militancia política", observa.
Agrega Krauze: "Cuando un periodista o analista decide abandonar la imparcialidad en una contienda electoral y se convierte en asesor externo, un término tan de moda, ya no se le puede ver con la misma objetividad porque sencillamente no la tiene. Perderla significaría caer en el reino del activismo y la política".
¿Pronunciarse por un candidato resta objetividad a los columnistas? Raúl Trejo Delarbre, investigador de la UNAM y experto en medios, considera que no: "Es su trabajo y su derecho". Para él, la objetividad es parte de un discurso autocomplaciente y autojustificatorio. Los textos de opinión –dice– son enriquecidos o empobrecidos por el juicio del autor, siempre y cuando la información dura esté verificada con el debido rigor. "Deberíamos seguir el ejemplo de Estados Unidos, donde en cada elección los medios toman partido sin que se demerite la calidad de su contenido. En México no ha sucedido esto abiertamente, salvo en 2000, cuando Unomásuno se declaró a favor de Francisco Labastida", dice el colaborador del diario La Crónica.
Sea cual sea el resultado electoral, opina Schettino, quien llegue a la presidencia tendrá que respetar la libertad de expresión. "Es muy importante criticar a quien tiene el poder".