Tenía 15 años cuando, sin tener mucha idea de lo que era la actuación, pisó su primer set cinematográfico. Ella y su prima, María Elena Marqués, acudían a una escuela de baile y, desde chica, Queta Lavat aprendió el valor de los aplausos.
María Elena comenzaba a actuar en cine y la invitaba a las filmaciones, pero Queta, tímida como era, se negaba.
"Hasta que un día me dijo: 'Tengo una película como hecha para nosotras, ahora sí no me puedes decir que no vas'. Esa película era Las colegialas, de Miguel M. Delgado, donde salí de extra, en 1945".
De eso han pasado 73 años. Queta Lavat está a punto de cumplir 89 y su festejo será doble: el viernes que entra es su cumpleaños y la Academia Mexicana de Ciencias Cinematográficas acaba de anunciar que este año le otorgará el Ariel de Oro por su trayectoria -junto al al director de fotografía Toni Kuhn- en junio próximo.
Actriz enteramente empírica, Queta Lavat es uno de los rostros que hicieron época en el Cine de Oro.
Su joven carrera empezó con el pie derecho: el mismo año de su debut como extra participó en una de las cintas más importantes de la época: La perla, de Emilio 'El Indio' Fernández, la primera en lengua hispana en ganar un Globo de Oro (Mejor fotografía para Gabriel Figueroa en 1948). Así inició una filmografía de más de 100 películas, entre las que se encuentran La mujer del otro, Las tandas del principal, Si me viera don Porfirio, Entre abogados te veas, Don Juan 67, Lagunilla mi barrio y La pura.
"La perla también ganó el Oso de Berlín, fue una maravilla basada en una novela de John Steinbeck, con Pedro Armendáriz, María Elena Marqués y un gran reparto. Tuve el gusto de filmarla en inglés y en español", recuerda.
Esa película marcó además su vida sentimental.
"No había carretera a Puerto Marqués, salíamos muy temprano en una lancha y regresábamos (de filmar) al atardecer, el ambiente en Acapulco era muy romántico. Entonces mi prima María Elena me presentó al que sería mi esposo por 43 años". Era Armando el Güero Carrillo, cine-fotógrafo que trabajó toda su vida con Alex Phillips en numerosas películas. Después de ocho años de novios, la pareja contrajo matrimonio.
El Güero recomendó a su "noviecita" con Jorge Negrete para que la contratara en sus películas, recuerda la actriz. Con él filmó cinco cintas.
"Yo era una chiquilla tímida, educada a principios de 1900 por mi abuela, que había sido una señorita de sociedad en San Luis Potosí; tocaba el piano y pintaba, pero no se dedicó a esto para nada. Sin embargo, mi familia siempre me apoyó -yo iba a todas las filmaciones acompañada de mi madre-, y comenzar mi carrera con Jorge Negrete fue algo muy grande para mí".
Con el Charro Cantor apareció en Camino de Sacramento, Un gallo en corral ajeno, Tal para cual, Lluvia roja y Dos tipos de cuidado. "Soy de los pocos, si no es que la única sobreviviente del elenco de Dos tipos de cuidado, una película que ha trascendido más de 60 años, aún alcanza los ratings más altos en televisión. Nunca antes se había podido reunir a Pedro Infante y Jorge Negrete, y don Ismael Rodríguez, el director, y Miguel Alemán Velasco, el productor, lo lograron".
Queta combinaba el cine con la radio y, a finales de los 50, la naciente industria de las telenovelas. Luciano Hernández de la Vega, el presentador de la emisora XEJP, la anunciaba como "la voz que arrulla y enamora". Los teleteatros se trasmitían desde el edificio Lotería Nacional.
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Soy de los pocos, si no es que la única sobreviviente del elenco de Dos tipos de cuidado, una película que ha trascendido más de 60 años"
"Todo era improvisado, llegábamos poco antes de que se pasara el capítulo al aire. Después nos pasamos a un estudio en Bucareli 4 y de ahí a Televicentro. La gente de teatro era la que hacía telenovelas: Manolo Fábregas, Fernando Soler, Ángel Garasa... Manolo dirigía y actuaba la Telecomedia del Domingo, donde estábamos Silvia Pinal, Rafael Banquells, Lucy Gallardo, Gustavo Rojo y yo, entre muchos otros".
Queta se mantiene activa. Pasó cuatro meses de gira antes de estrenar, en enero pasado, Conversaciones con mamá en el Teatro 11 de julio. Su secreto para mantenerse porductiva, dice, es ser feliz. "Cada día me levanto contenta, con una idea fija en la mente: todo para adelante, como dicen los toreros".