Culturas

'Roma' hace visible lo que no queremos ver: Marina de Tavira

La coprotagonista de la última cinta de Alfonso Cuarón comenta que ésta muestra cómo la relación entre clase y raza aún permea en el país.

Roma es una vuelta al pasado. Nostalgia en blanco y negro en la que la colonia Roma se convierte en el epicentro de los conflictos de clase de un México que no se ha ido. Es un viaje de 135 minutos por la infancia de su director, Alfonso Cuarón, pero también un pasaporte para ingresar al país del milagro mexicano que nunca llegó. El país de Luis Echeverría. De la guerra sucia y la desigualdad social. Un México en el que la clase media fue protagonista de las grandes contradicciones de la idiosincrasia nacional. Una cinta coestelarizada por Marina de Tavira, quien conversa con El Financiero.

¿Cómo fue el reto de participar en una película en la que el director decidió no entregar el guion al elenco?

Fue una aventura maravillosa. Una experiencia actoral única. El hecho de no conocer el guion y filmar en orden cronológico hizo que los personajes transitaran por su recorrido emocional de una manera natural. Casi como la vida misma. Normalmente, el personaje debe olvidar lo que el actor sabe para poder sorprenderse de la ficción. Alfonso (Cuarón) entiende esto y lo que hizo fue allanarles el camino a los personajes para que brotara la vida.

¿Qué tan pertinente resulta Roma para el México actual, que de alguna manera enfrenta los mismos problemas que hace 40 años?

En ella aparecen los distintos mundos que conviven en la Ciudad de México. Una ciudad llena de contrastes. La aspiración de la clase media, la ceguera de la clase alta y la invisibilidad de las clases menos privilegiadas. Al mismo tiempo que la esperanza y el clamor de los estudiantes. Creo que, aunque en la película vemos una ciudad que se fue para siempre, sus estructuras persisten. Y la perversa relación entre clase y raza sigue dominando.

“Aunque en la película vemos una ciudad que se fue para siempre, sus estructuras persisten. Y una perversa relación entre clase y raza sigue dominando”.

El personaje que interpreta está colmado de tristeza, pero también de agallas…

Sofía es una madre de clase media, con estudios profesionales y, cosa no tan común, trabaja. Ella contiene en sí misma las contradicciones de su clase y de su tiempo. Un tiempo donde se esperaba al señor de la casa y donde su voz reinaba. Es una mujer que tiene que enfrentar el estigma del divorcio en una generación que culpaba a la mujer por el fracaso matrimonial. Sin embargo, es una mujer que supo tomar el volante de su vida y la de sus hijos y supo ver dónde estaba la fuerza de su nueva familia.

La fisonomía de la Ciudad de México también desempeña un rol en la película...

Roma muestra a la Ciudad de México con todos sus contrastes: la entonces familiar colonia Roma pero también las ciudades perdidas, la tradicional avenida Insurgentes, el Centro Médico, el cine Las Américas… El excepcional trabajo de Eugenio Caballero (quien se encargó del diseño de producción) nos trae de regreso un mundo que se quedó atrás en la memoria y que, sin duda, el sismo de 1985 cambió para siempre también.

La película aborda asimismo los conflictos y las contradicciones de clase que siempre han existido en México…

Roma hace visible lo que no queremos ver. Las mujeres que hacen el trabajo que permite que la sociedad siga su curso pero que es dado por hecho, no reconocido y poco valorado. Son generalmente mujeres que pertenecen a las clases menos privilegiadas y que dejan sus comunidades para cohabitar con otras familias, cuidar a los niños y fundar una relación para la que todavía no encontramos el nombre. Roma nos hace mirar a Cleo (Yalitza Aparicio) y nos recuerda a todas las Cleos, y sin duda nos convoca a revisar el tejido de nuestras propias familias.

“Roma pone muy en alto a una comunidad que ha sufrido lo indecible, y que merece restauración”.

Marina de Tavira
Actriz

¿ Qué buscó Cuarón con esta cinta? Muchos aseguran que es su mejor película por el gran sentido estético que alcanzó...

Alfonso quería encontrar a las personas que pudieran dar vida a personajes de su vida, de su historia, de su familia. Buscaba que se sintieran como esas personas que estaban representando. Por ello el trabajo consistió en dejar ser eso que él vio o intuyó en el momento de escogernos para la película. Acortar la línea que divide al actor y al personaje y realmente fluir en una experiencia lo más cercana posible a la vida misma. El trabajo con la memoria fue fundamental y casi natural para todos en el proceso de construcción de esta ficción. La plástica es algo en lo que nunca pensamos, de hecho no trabajamos con ningún estímulo que no fuera la situación de la escena. Ningún factor externo o concepto o idea estética entraba en juego. No para nosotros los actores.

La cinta de Alfonso Cuarón estará disponible vía streaming a partir de mañana, a través de Netflix.

Me quedo con la enorme satisfacción de haber sido parte de una bellísima historia que ha resonado en distintos países y culturas, que abre conversaciones importantes y que pone muy en alto a una comunidad que ha sufrido lo indecible, y que merece restauración.

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