Culturas

Sueño en otro idioma... una historia sin palabras

Dos hombres son los últimos hablantes de una lengua, pero llevan décadas sin dirigirse la palabra; la crisis de una idea del mundo es el móvil de la cinta.

Sueño en otro idioma, la película ganadora del Premio del Público en el Festival de Cine de Sundance 2017 (entre mil 200 producciones de todo el mundo) se gestó en un festival cinematográfico a miles de kilómetros de la región de los Tuxtlas en Veracruz, en donde se filmó.

El crew se empezó a integrar en el Festival de Cine de Tesalónica 2013. El productor holandés Raymond van der Kaaij conoció al guionista Carlos Contreras el mismo día que una nota en Internet lo sorprendió: dos hombres, los últimos hablantes de ayapaneco en Tabasco, estaban peleados. Ahí había una historia que contar y se la propuso a Carlos. Tiempo después, Mónica Lozano se unió al grupo de productores de la cinta protagonizada por Fernando Álvarez Rebeil y Eligio Meléndez, y dirigida por Ernesto Contreras.

"El tema de las lenguas es fascinante, por lo que significan más allá de palabras", comparte el director, quien ha logrado un gran binomio con su hermano, Carlos, desde que estreno la ópera prima Párpados azules. También trabajaron juntos en la serie El Chapo.

La apabullante naturaleza de la selva veracruzana es el marco de esta historia en la que los dos últimos hablantes de una milenaria lengua (los creadores inventaron para la cinta el zikril) no se dirigen la palabra desde hace 50 años. Cuando un lingüista intenta reunirlos para obtener un registro grabado de la lengua, se revela un secreto escondido por el idioma que solo hablan los dos ancianos, separados por un amor de juventud.

Reconocida por diversos festivales como el de Guadalajara (Actuación Masculina y Premio Guerrero de la Prensa a Mejor Película); Oslo/Fusion International Film Festival (Película); Huelva (Guion) y el Melbourne Queer Film (Premio del público), la cinta de Contreras, quien dirige la Academia Mexicana de Ciencias Cinematográficas desde noviembre pasado, se estrena hoy con 150 copias.

¿Por qué eligió filmar una cinta sobre el lenguaje en tiempos en los que la palabra está tan en duda?

Una lengua no sólo esta compuesta de palabras. Es una forma de entender nuestro pasado, un tesoro, conocimiento. El hecho de que desaparezca significa perder otros valores: la comida, las tradiciones, una idea de ver el mundo; todo eso es fundamental para valorar nuestra identidad.

¿Qué te motivó a cambiar de escenario?

Mi mayor aspiración es lograr experiencias cinematográficas. Sí contar una historia que me apasione, pero finalmente el espectador vivirá una experiencia a través de los personajes, los cuales trabajo profundamente con los actores para explorar y construir cada uno. Luego, combinarlos para lograr un tono general en la película. Esa ecuación da como resultado que la cinta provoque tantas cosas, hablamos de emociones, sensaciones, atmósferas. La decisión de meternos a la selva fue muy difícil, en condiciones tremendas, pero en pantalla se ve increíble.

¿Qué representa para ti renunciar a una eventual candidatura al Ariel por dirección?

Cuando asumí el cargo como presidente de la Academia decidí que yo no podía inscribirme. Pero definitivamente el trabajo de mis compañeros merece ser considerado. Precisamente ahora los miembros están en el proceso de votos y las nominaciones se dan a conocer el lunes 23. Me quedo muy tranquilo con la decisión, aun cuando fue doloroso no poder concursar, porque es un premio que me importa muchísimo.

¿Cuáles son los ejes de tu gestión en la Academia?

Tengo el privilegio de estar en la nueva sede, la Casa Buñuel. Allí se pueden generar muchos proyectos. Mi intención es crear comunidad, que se encuentren las nuevas generaciones que están haciendo cine con las que me anteceden. Promuevo actividades en defensa del cine, en su investigación y en su preservación. La entrega del Ariel es la actividad más visible, pero todo el año hay trabajo en favor de esta industria.

La producción en México ha aumentado, pero el cine mexicano se exhibe poco. ¿La Academia puede incidir para que esto cambie?

En términos creativos estamos en un momento fantástico, las voces, las visiones, las propuestas son muy interesantes, pero tenemos un tema pendiente con la exhibición que no está resuelto. En la medida que tengamos un contacto directo con instituciones, desde la Academia podemos aportar una solución. El cambio de gobierno es una oportunidad; la intención es poner tanto al cine como al mundo audiovisual en la agenda pública de la cultura.

Llegar a la cartelera con un buen número de copias es alentador...

Sí, claro. Es el momento más emocionante, cuando finalmente las películas llegan a la pantalla. Le ha ido muy bien en festivales, ha recibido varios premios del público, así que confío en que esto que ha sucedido en competencias, también pase con nuestro público en México.

Tiene que pasar la prueba del primer fin de semana para seguir en cartelera.

¿Cómo se firman ese acuerdo?

Es la prueba de fuego y hay que pasarla. No se firma ningún acuerdo, tiene que ver con las decisiones de los exhibidores, al ver cómo reacciona el público, de

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