Culturas

T. S. Eliot al dos por uno

El editor mexicano, Víctor Manuel Mendiola, cuenta qué lo llevó a publicar una edición bilingüe del poema de 434 versos de T.S. Eliot.

El poema, de 434 versos, fue escrito a cuatro manos. T. S. Eliot comenzó a escribir La tierra baldía a principios de 1920, en Londres, y lo terminó en Suiza. Ezra Pound, su mentor literario, revisó el borrador y Eliot lo publicó con la edición que hizo Pound. Apareció en el primer número de la revista británica The Criterion, que editó el mismo autor entre 1922 y 1936.

Con ese mismo espíritu de creación colectiva, el editor mexicano Víctor Manuel Mendiola recientemente publicó una edición bilingüe del poema, bajo el sello El Tucán de Virginia. En dos tomos incluye la primera traducción del texto en México, de Enrique Munguía Jr., que apareció en la revista Contemporáneos, en 1930, y una nueva traducción de Gabriel Bernal Granados. Colaboran además Guillermo Fadanelli, Armando González Torres y Edward Hirsch, con textos a propósito del poema, así como el artista Emiliano Gironella, quien interpretó los versos gráficamente.

"En las imágenes de estos versos contemplamos el brusco despertar doloroso posterior a la Primera Guerra Mundial, un tiempo lejano, perdido allá en la segunda década del siglo XX, y a la vez un tiempo de hoy, si pensamos en las migraciones actuales, en el tráfico de armas, en el calentamiento de la Tierra", advierte el editor.

No hay gobernante al que le interese tener un discurso fuerte, en cambio, la poesía por sí misma no puede ser débil, porque es el manejo del lenguaje a través de los siglos para decir algo que nadie ha dicho”

¿Por qué decidieron volver al poema de Eliot y actualizar su lectura?

Víctor Manuel Mendiola: Es un texto que no ha perdido su vigencia. Sí se plantea una nueva lectura, porque es una edición bien cuidada, que tiene la peculiaridad de que está ilustrada por el pintor Emiliano Gironella y al mismo tiempo se aborda críticamente. En realidad contempla tres lecturas: una lectura plástica, una crítica y poética, y una relectura, que representa la nueva traducción. Recuperé la que fue probablemente la primera traducción al español, es de un escritor mexicano poco conocido, Enrique Munguía Jr., quien la tradujo en 1930 y la publicó en la gran revista Contemporáneos, a ocho años de que apareció el poema.

Es interesante ver las dos versiones al español, con casi 90 años de diferencia.

Emiliano Gironella: Así como para los deportistas de alto rendimiento, el reto es cruzar el centímetro o el metro adelante, llegué a T.S. Eliot después de haber ilustrado Muerte sin fin, de José Gorostiza. Tierra baldía me ha empujado a un conocimiento que cuesta trabajo entender. Cada vez que entro a un poema, entro al desasosiego porque pinto para entenderlo, con la humildad de ser pintor. Lo que hicimos en conjunto fue entender el texto y después proponer, con la última traducción

y con mi propuesta plástica.

¿Cuáles son esos temas de actualidad que abordó T. S. Eliot a principios del siglo pasado?

JM: Hay una propuesta crítica, una erudición, una intertextualidad, en la articulación de diferentes problemas que tienen que ver con el antiguo cristianismo, con la antigua cultura pagana grecolatina, incluso del lejano Oriente. Está toda esa erudición textual y, al mismo tiempo, dentro del poema hay un centro dramático que tiene que ver con el amor y con la sexualidad. Eliot está representando por primera vez, de una manera brutal -aunque en una primera lectura no es visible por la fragmentación del poema-, una representación del amor que ha dejado de ser ideal para transformarse en un amor precario, sórdido, frívolo. A lo largo del poema hay muchas situaciones sexuales.

EG: La gráfica tiene que ver totalmente con las imágenes que vienen en el poema, me alíneo totalmente. Ilustré cada verso que pude, hay frases que son imposibles de ilustrar, como "abril es el mes más cruel", pero todas las frases que toqué del poema me resonaron con este tiempo que me ha tocado vivir. Por eso utilicé una técnica que combina lo actual con lo milenario: dibujé en una tablet y después lo hizo un robot, en un material que se llama fibrocemento. Utilicé un motor de inspiración del siglo XX, que es la época del autor, de T.S. Eliot, con instrumentos del siglo XXI, que finalmente imprimí en una técnica de antes de Cristo, que es el hueco grabado en la prensa.

JM: Es un poema que tiene un lenguaje súper contemporáneo y que además se mueve en la forma de representación actual: un mundo fragmentado. Tierra baldía, junto con otros poemas, adivinaron este caos. Poetas como Eliot o Apollinaire comenzaron a utilizar la fragmentación como principal vehículo de interpretación del mundo exterior y también de nuestras emociones. Es el lenguaje que utilizamos ahora, porque vivimos en muchos planos, la multimedia ocurre de esa manera. Estos poemas inventaron en parte este lenguaje a través de una reflexión profunda de lo que le estaba ocurriendo al hombre después de la Gran Guerra y describieron además la fragmentación en el sentido de destrucción, que padecemos en las sociedades de hoy.

EG: Eso se puede ver en lo que vivimos actualmente, con las campañas políticas. Lo que hay en el discurso político es pusilánime y cobarde, porque nadie se mete en los temas que cuestan votos. Para hacer un destino de este país hay que enfrentar los problemas, no quedarse en un discurso vacuo, de desprestigio al contrincante. La democracia se ha convertido en un acarreo de votos, con un discurso cobarde, cuando la verdad y el valor deberían de ser atractivos para la sociedad y sus gobernantes, pero no hay gobernante a quien le interese tener un discurso fuerte. En cambio, la poesía por sí misma no puede ser débil, porque es el manejo del lenguaje a través de los siglos para decir algo que nadie ha dicho.

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