Deportes

Eusebio Di Francesco: el estratega detrás de 'La Loba'

Eusebio Di Francesco ha formado parte de las etapas más brillantes del club italiano, que vive la segunda mejor temporada de su historia en la Champions League.

Las primeras tres temporadas de Eusebio Di Francesco como jugador en la Roma fueron las mejores de su carrera. De la 1997-98 a la 1999-2000 sólo se perdió ocho partidos, anotó 16 goles y dio una asistencia, que lo llevaron, incluso, a ser convocado con la Selección italiana. Pero el buen momento del ahora técnico de La Loba se interrumpió un curso más tarde cuando sufrió una lesión en la rodilla izquierda. Apenas disputó seis encuentros y perdió la titularidad. Al tiempo, el club tuvo una de las mejores temporadas desde su fundación. Desde el banco de suplentes observó como sus compañeros ganaron el tercer scudetto y el último hasta la fecha para la Roma. Aquel sería el adiós de Di Francesco en el equipo.

Su carrera como jugador vino a la baja. En el verano de 2001 fichó por el Piacenza, luego por el Ancona y se retiró con el Perugia en 2005. Poco tiempo duró desligado del futbol. Días después de disputar su último partido, Luciano Spalletti –entonces entrenador del equipo– le pidió que se integrara como mánager del equipo, un puesto en el que fungiría como intermediario entre los jugadores y el técnico. Aceptó la propuesta y apenas unas semanas después de regresar al club, la directiva le ofreció otro puesto: el de director deportivo, para que se encargara de los fichajes de los jugadores. Aunque no tenía ninguna experiencia, se ocupó en el cargo.

Al poco tiempo se dio cuenta que ninguno de los dos trabajos le satisfacían, según contó en una entrevista al portal de la Roma en septiembre pasado. Descubrió que quería ser entrenador, como lo hacía Spalletti o como dos de los que considera sus maestros: Fabio Capello, quien dirigió al cuadro romano durante la campaña del último campeonato, y el checo Zdenek Zeman, quien fue el entrenador que lo fichó para La Loba. Decidió darle un giro a su vida y al final de la campaña presentó su renuncia.

Di Francesco nació en Pescara en septiembre de 1969. Creció en la provincia de Chieti –ubicada al oeste de Roma–, en la que Arnaldo y Silvana, sus padres, atendían una pizzería. Arnaldo lo nombró Eusebio por el atacante portugués que en el Mundial de Inglaterra 66 marcó nueve tantos en seis partidos y que se consagró como el goleador del torneo. Sin embargo, nunca se desempeñó como delantero y sí como un mediocampista.

Hizo su debut como entrenador en el Virtus Lanciano en 2008, que entonces militaba en la Tercera División italiana. No tuvo un buen desempeño: perdió ocho de 14 juegos y fue cesado en 2009. Un año más tarde dirigió al Pescara –entonces en la Cuarta División– y lo llevó a la Serie B. Di Francesco fue uno de los descubridores de Marco Verratti –mediocampista de la Selección italiana que entonces militaba en el club–, a quien le sacó su mejor nivel que le permitió dar el salto a Liga francesa años después.

Posteriormente dirigió al Lecce y en 2012 tomó el timón del Sassuolo. Su desempeño fue destacado. Tomó al equipo en la Serie B y esa misma campaña lo ascendió a la Serie A. Para la campaña 2013-14 –en su debut en el máximo circuito– llevó al club hasta el sexto puesto de la tabla, el mejor desempeño del club en su historia hasta la fecha y lo calificó por primera vez a la Europa League. Las siguientes tres temporadas mantuvo a la oncena entre los primeros 13 puestos de la tabla general, a salvo del descenso.

Sus resultados con el Sassuolo fueron suficientes para llamar la atención de su antiguo club, la Roma, que lo firmó como entrenador el verano pasado. La decisión fue acertada. En la Liga de Campeones –en la que hoy enfrentará al Liverpool en el partido de ida de la semifinal– terminó como líder de su grupo con 11 puntos –por arriba de Chelsea y Atlético de Madrid– y lo clasificó por segunda vez en su historia a la antesala por el título (la otra fue en 1984, cuando derrotó al Dundee de Escocia), luego de remontarle tres goles al Barcelona en cuartos de final.

Daniel Martínez sostiene que el mayor acierto de Di Francesco fue implantar su sistema ofensivo con tres delanteros, algo poco usual en el futbol italiano. Añade que el técnico aún no alcanza la etiqueta de ídolo para la afición romanista, debido a que ésta solo idolatra a jugadores que pasaron toda o la mayoría de su carrera en el equipo, como Francisco Totti y Danielle de Rossi.

"Pero si consigue la primera Champions League para el club estará en ese selecto club. Sin duda", asegura el corresponsal de ESPN en Italia.

También lee: