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Phillip Rivers: Un hombre de familia

El quarterbarck Philip Rivers no se ha mudado, como el resto de los Cargadores, a Los Ángeles para no afectar a sus ocho hijos.

A las notables cualidades deportivas de Philip Rivers, quarterback de los Cargadores de Los Ángeles, habría que agregarles una virtud que le vuelve un personaje aún más extraordinario: antepone a la familia.

Gracias a sus 14 años a un gran nivel de desempeño, ya es el mariscal de campo más versátil en la historia de los Cargadores, incluso por encima del también emblemático Dan Fouts.

El estatus de estrella deportivo no distrajo a Rivers de su otra gran pasión: su familia, la cual formó con su esposa, Tiffany Goodwin, a quien conoció desde su primer año en la Universidad Estatal de Carolina del Norte, y con la que ha procreado ocho hijos y están a tres meses de tener el noveno.

Quizás la prueba más contundente de la preponderancia que le da Rivers a sus seres queridos se dio durante marzo de 2017, cuando se informó que los Cargadores cambiarían su sede de San Diego a Los Ángeles.

La familia Rivers se dio a la tarea de comenzar a buscar una nueva casa y escuelas para sus hijos; sin embargo, Philip optó por simplificar el tema y definió que la familia mantuviera su residencia en la ciudad de San Diego.

La decisión tendría implicaciones directas para Rivers, pues durante la temporada regular debería trasladarse de San Diego a Los Ángeles por lo menos cuatro veces por semana para asistir a los entrenamientos y juntas del equipo.

NACE EL RIVERSMOBILE

La solución que halló Rivers al reto de vivir en San Diego con el equipo con sede en Los Ángeles requirió ingenio e inversión económica.

Su modo de transporte es una camioneta tipo SUV, a la que encargó que se equipara con ciertas necesidades especificas para aprovechar la hora y media que toma desde que sale de casa para llegar a las instalaciones de los Cargadores en Costa Mesa, condado vecino a Los Ángeles.

Así, el apodado Riversmobile cuenta con los asientos de un avión de primera clase y con el espacio suficiente para que el quarterback de 1.95 metros se incline completamente y pueda mirar la pantalla de televisión de 40 pulgadas que separa el asiento delantero y la cabina trasera.

"Mis dos prioridades son el tiempo con la familia y mi preparación para los partidos, no iba a sacrificar a ninguna de ambas. Esta opción me permite estar de regreso en casa solo un poco más tarde de lo que acostumbraba estando en San Diego".

La camioneta esta conectada a televisión satelital, Wi-Fi y un refrigerador pequeño. De desearlo, el asiento de Rivers también está adaptado para colocar una mesa delante de éste y así trabajar sin problemas en la lap top y estudiar el libro de jugadas asignado por el equipo.

En la actualidad, los Cargadores pasan por una racha que los tiene en camino en calificar a postemporada, en gran parte gracias a la labor de Rivers, quien, para su felicidad completa, mantiene a su familia tranquila.

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