COPA MUNDIAL
Para Irán, la historia de Sardar Azmoun es la más cercana a la de los grandes ídolos del futbol internacional: un prodigioso futbolista que desde su infancia sobresalió por encima de los niños de su edad y quien a los 17 años migró de la provincia de Golestán para enrolarse en la Liga rusa, contratado por el Rubin Kazán.
Convertido en el futbolista más joven en la historia que salió de la nación persa, Azmoun comenzó a ganar notoriedad en la prensa europea gracias a su cualidades físicas, las cuales le han generado el mote del Messi iraní, sustentado en su buen manejo del balón y su capacidad goleadora.
La estadística sostiene que Azmoun suma hasta el momento 23 anotaciones en 33 partidos con su país, una efectividad nunca vista en el cuadro nacional.
El delantero también es el rostro de una cambio generacional en la cultura de su país. A la notoriedad que ha obtenido la Selección de Irán gracias a su clasificación a la Copa del Mundo y su triunfo sobre Marruecos de la semana pasada, en su debut en tierra rusas, se añade una actitud más abierta hacia Occidente.
La comparación
El 23 de noviembre de 2016 en el marco del juego de la Champions League entre el Rostov y el Bayern Múnich, Sardar eligió al defensa Jerome Boateng como comparsa para saltar a la fama mundial.
Azmoun tomó el balón y encaró al defensor del conjunto bávaro, a quien dribló hasta dejarlo sobre el césped; un año antes, el 10 del Barcelona había hecho lo mismo con el jugador alemán, en la semifinal de la misma justa continental.
Azmoun envió luego el balón a la red para empatar el encuentro y enloqueció a los aficionados en la tribuna. Los buscadores de internet, tras la memorable maniobra individual, se activaron. ¿Quién era aquel joven que se había animado a dejar en el suelo a una estrella de la Bundesliga?
Fue a partir de entonces que comenzó a saberse de su habilidad y de su biografía. Se destacó que durante su juventud se decantó por el futbol, a pesar de que tenía un lazo muy fuerte con el voleibol, actividad en la que también sobresalía gracias a su estatura (1.86 metros), ya que su padre, Khalil Azmoun, se había dedicado a ese deporte. Hoy todavía el hombre se mantiene en activo como técnico de varios equipos.
Azmoun, nacido en la generación millennial, es un activo usuario de las redes sociales como Twitter, en la que tiene más de 30 mil seguidores, e Instagram, en la que la semana pasada publicó una foto al lado de sus compañeros en la Selección y se hizo viral, pues se calificó a los jugadores como simbolos sexuales. Este miércoles será clave ante España.