Cada año Michoacán pierde unas 7 mil hectáreas de bosques para destinarlos al cultivo del aguacate, de acuerdo con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Esto equivale a que el estado pierda una superficie similar a 9 mil 800 canchas iguales a la superficie de juego del Estadio Azteca.
A esas 7 mil hectáreas de deforestación a causa del aguacate hay que agregarle unas 13 mil más que se pierden anualmente por diversas causas como la tala ilegal.
Aunque la mayor parte de la deforestación no tiene que ver con el aguacate, activistas y académicos señalaron que el valor del aguacate en EU han hecho que productores extiendan el área de cultivo de la fruta. Sólo en este ciclo se lograron exportar 800 mil toneladas con un valor de mil 500 millones de dólares cuando el periodo anterior se enviaron 640 mil toneladas.
En los últimos 10 años, la superficie sembrada de aguacate en Michoacán creció 48.6 por ciento al pasar de 94 mil 714 hectáreas en septiembre del 2006 a 147 mil 720 en el mismo mes de este año, según el Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).
Productores orgánicos de Michoacán dijeron a El Financiero que en los últimos años agricultores han optado por deforestar zonas boscosas para sembrar aguacate motivados por la rentabilidad que tiene el fruto.
"Hay áreas donde no debe de plantarse aguacate y lo están haciendo (...) en una helada que se venga, que se da cada 20 años y no tarda, todas esas huertas se van a helar", dijo José Luis Tungüi, de la Asociación de Bioproductores de del Estado de Michoacán.
Pero el problema, aunque es añejo, sigue agravándose, según Jaime Navia, de la ONG Gira, que realiza investigaciones de agroecología en la entidad y agregó que desde la década de los 80 no se sabe que las autoridades hayan otorgados cambios de uso de suelo de tierras forestales a agrícolas.