De modo inusual, la Secretaría de Hacienda y el Banco de México anunciaron simultáneamente un ajuste al gasto público por 132 mil millones de pesos, que en su mayoría se efectuará en Pemex, y un alza de medio punto en las tasas, con el objetivo de fortalecer las finanzas del país en un entorno internacional incierto.
"El anuncio es bienvenido para mantener controlados desequilibrios económicos, pero es mal recibido desde una perspectiva de crecimiento", dijo Gabriel Lozano, economista en jefe de JP Morgan en México.
El impacto del ajuste
El impacto que tendrán en la economía del país las medidas anunciadas llevó a JP Morgan a bajar sus estimados de crecimiento económico para éste y el próximo año. El banco bajó su estimado para el PIB de México desde 2.8 a 2.4 por ciento en 2016 y de 2.9 a 2.6 por ciento para el próximo año.
Gabriel Lozano, economista en jefe de JP Morgan en México, expuso que al recortar tanto el gasto corriente como de capital, el efecto en los sectores de construcción y minería, en donde se incluye producción petrolera, tendrán consecuencias en la actividad industrial.
En un informe emitido en reacción a los ajustes, el economista señaló que el mensaje enviado es el de una elevada preocupación por la depreciación del peso y la creciente probabilidad de que una sostenida debilidad podría causar desajustes en la inflación. También las autoridades manifestaron la necesidad de ajustar el gasto ante los bajos precios del petróleo y la preocupación por las perspectivas financieras de Pemex.
Analistas de Banamex indicaron que la tasa de referencia en México podría ajustarse otros 50 puntos base para finales de año para cerrar en 4.25 por ciento, lo que representaría su nivel más alto desde marzo de 2013.
Marco Oviedo, economista en jefe de Barclays, destacó que el cambio en la tasa de interés fue sorpresivo dado que la inflación todavía se está manteniendo en buenos niveles, "con el ajuste de diciembre y este ajuste, en dos meses la tasa de interés subió 75 puntos base, que sin duda va a tener un impacto en el crecimiento", expresó.
Oviedo estimó que un alza de 50 puntos base resta 10 puntos base al crecimiento, con un estimado de crecimiento de 2.3 por ciento para este año, y con la acción lo bajaría a 2.2 por ciento. Al tiempo, el experto puntualizó que en este cálculo aún habría que considerar el recorte al gasto público, que probablemente reste más a esta cifra.
Por su parte, analistas de Banorte revisaron a la baja su estimado de crecimiento para este año desde 2.7 a 2.3 por ciento ante el anuncio de las medidas adoptadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y Banxico.
Los expertos del banco detallaron que el recorte tendrá un efecto negativo sobre el crecimiento de 0.3 puntos porcentuales, contemplando el efecto multiplicador del gasto de gobierno. Además, un punto porcentual extra responderá a la debilidad en la producción manufacturera de bienes intermedios.
También Santander aplicó recortes a su perspectiva de crecimiento al limitar su pronóstico para 2016 a 2.5 por ciento, desde el anterior de tres por ciento.
Sin descartar más recortes
JP Morgan no descarta otro 'tijeretazo' al gasto en el próximo año, aunque dada la magnitud del anunciado este miércoles, equivalente al 0.7 por ciento del PIB, "pensamos que otro ajuste para el próximo año sería relativamente menor".