El presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo este viernes que las subastas de contratos para la exploración y explotación de petróleo y gas estarán suspendidas hasta que se revisen los contratos que han sido adjudicados.
López Obrador, que asumirá la presidencia el 1 de diciembre, había dicho que se revisarían los contratos, que suman más de una centena, pero no había sido claro sobre qué pasaría con las licitaciones petroleras.
"Ahora están suspendidas, hasta que se revisen los contratos", dijo López Obrador en conferencia de prensa.
A mediados de julio, el regulador del sector petrolero difirió para el 14 de febrero del 2019 dos licitaciones de contratos petroleros y una subasta para buscar socios para la estatal Pemex que estaban programadas para septiembre y octubre a petición de la Secretaría de Energía.
El regulador petrolero, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), dijo entonces que la Secretaría de Energía argumentó que se requería más tiempo para que los potenciales inversores analizaran la información, pero que era una buena oportunidad para trabajar con el equipo de transición de AMLO.
López Obrador también quiere cambiar una parte de las reformas energéticas de 2014 que requieren que Pemex reciba aprobación regulatoria cuando elige socios en bloques petroleros, informó Bloomberg el pasado 14 de agosto, citando a personas con conocimiento de la situación.
La práctica de requerir aprobación regulatoria para los socios ha sido un punto conflictivo para algunos ejecutivos de Pemex, quienes lo han comparado con un matrimonio arreglado y dicen que la burocracia adicional retrasa el proceso.
Los defensores dicen que su objetivo es proporcionar una mayor transparencia a la que a menudo es una opaca empresa estatal.
El próximo gobierno de México, encabezado por López Obrador, también regularía las exportaciones de crudo de productores privados, de acuerdo con un documento del plan energético obtenido por Reuters
El nuevo gobierno también evaluaría dejar la Agencia Internacional de Energía (AIE) -creada tras la crisis del petróleo de la década de 1970 con el fin de asesorar a las economías occidentales sobre cómo lidiar con una interrupción del suministro-, a la que se unió apenas en febrero de este año.
En cambio, exploraría la "posibilidad de un mayor acercamiento y mejor coordinación" con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que agrupa a muchos de los mayores productores de crudo del mundo.
Las medidas representarían un cambio de timón frente al gobierno de Enrique Peña Nieto, quien emprendió una amplia reforma energética que abrió al capital privado la cadena de los hidrocarburos y adjudicó en subastas más de una centena de contratos de exploración y extracción a empresas distintas a Pemex.