CIUDAD DE MÉXICO. Banamex relajó sus controles de revisión crediticia en las solicitudes de Oceanografía, por la solidez de los documentos presuntamente respaldados por Pemex, revelaron fuentes de alto nivel de la institución.
Amado Yáñez, principal accionista de Oceanografía, habría entregado personalmente los documentos que aparentemente validaban las cuentas por cobrar que Oceanografía tenía con Pemex por 585 millones de dólares, y que implicaron un presunto fraude contra Banamex por 400 millones de dólares, explicaron los mismos ejecutivos.
Durante los meses que duró la presunta operación fraudulenta, Banamex relajó todos sus procesos de validación de riesgo de crédito por factoraje para el caso particular, y descansó en la solidez que representaba Pemex, asumiendo que podría cobrar los documentos supuestamente emitidos por la petrolera, y a los que había asignado riesgos mínimos por tratarse de una entidad con respaldo gubernamental.
Fuentes del más alto nivel consultadas por EL FINANCIERO revelaron que los controles internos de Banamex fallaron y que se está determinando la dimensión de la colusión que habría existido con personal del banco. Al interior de la institución existe la convicción permanente de ser la víctima del caso.
Las fuentes también detallaron que el banco investiga un amplio espectro de sistemas internos para determinar responsabilidades, incluso a nivel global, pues desde el diseño de los procesos crediticios pudo haber fallas.
En adición, la presunta operación fraudulenta contra Banamex contó con la laxitud de los sistemas de verificación in situ, lo que sí era responsabilidad del banco. Fue Petróleos Mexicanos quien se deslindó con velocidad del presunto fraude al comprobar al banco que las firmas en los documentos que éste dio por válidos no correspondían a los funcionarios de la paraestatal.
Los fraudes contra bancos por créditos por factoraje no son poco comunes. Las empresas que los cometen someten a consideración de la institución bancaria una serie de cuentas por cobrar que tienen con alguna institución pública, como el Infonavit o, en el caso de Oceanografía, con Pemex.
El banco suele adelantar el dinero a la empresa en cuestión, quedando en poder de los documentos con los que podrá cobrar a la entidad pública y asumiendo con ello un riesgo pequeño al estar respaldada por el gobierno.
Recientemente varios fraudes se han cometido contra bancos con supuestas cuentas por cobrar del Infonavit. El caso de Oceanografía, por su tamaño, exhibió las carencias en un abanico institucional amplio que tuvo notorias fallas dentro de Banamex. El banco ha insistido en que el impacto en su capital es reducido y que el cargo sólo impactó sus resultados financieros de 2013.
A pesar del fraude de Oceanografía contra Banamex, las líneas de crédito del banco hacia Pemex permanecen al día de hoy abiertas.