El paro de la refinería de Cadereyta en Nuevo León, la cuarta más grande del país, a causa de la falta de agua para sus calderas, obligó a Pemex a incrementar el volumen de importación de combustibles en los siguientes meses, esto a fin de suplir la producción de esta fábrica, lo que llevará al país a depender de entre 62 y hasta 68 por ciento de gasolinas compradas en el extranjero.
Bloomberg informó que el volumen de hidrocarburos que la petrolera tendría que importar próximamente podría ser de entre 50 y hasta 100 mil barriles diarios de gasolinas y diésel adicionales, con el propósito de compensar el cierre de la refinería, según estimaciones de una fuente que pidió el anonimato. Pemex, sin embargo, dijo que no podía especular sobre el volumen de hidrocarburos que importaría.
Si bien estos supuestos vienen de una coyuntura, para Luis Miguel Labardini, analista de Marcos y Asociados, el cuadro para la seguridad energética en México es de gravedad y proviene de una falta de inversiones histórica en el sistema de refinación mexicano de Pemex.
"Esto es el producto de una subinversión crónica en el sector de lo que le llaman aguas abajo o downstream en México, tenemos una industria de refinación en la que llevamos muchos años en la que realmente se ha invertido muy poco", señaló Labardini.
La Asociación Mexicana de la Industria del Petróleo (Amipe) mostró su preocupación al respecto en una postura emitida el pasado viernes, en la que alertó que las inversiones en el sistema de refinación caerán 17 por ciento en 2016 contra el año pasado y 30 por ciento contra el 2013.
Además los analistas destacaron que ni siquiera se han terminado las reconfiguraciones en tres de las seis refinerías del país contempladas desde el sexenio de Felipe Calderón, con las que autoridades dijeron que se podría contar con "más y mejor gasolina".
"Es un proceso inacabado en donde todavía se necesita mucha inversión simplemente para satisfacer la demanda de gasolinas más limpias", apuntó Labardini.
MÁS IMPORTACIONES Y DEPENDENCIA
En el límite alto, es decir si se llegaran a importar 100 mil barriles diarios de combustibles, ese volumen representaría 22 por ciento de lo que hoy se importa al país, lo que en total significaría que México abastecería de fuera 68 por ciento de las ventas nacionales de gasolina.
En el límite bajo, 50 mbd, implicaría que el país estaría importando 62 por ciento del volumen de gasolina vendidas en el país.
En mayo de 2016 la importación de gasolinas como porcentaje de lo vendido fue de 56.3 por ciento, mientras que el año pasado en el mismo mes fue de 47.3 por ciento, un incremento de nueve puntos porcentuales, de acuerdo con datos de la empresa productiva del Estado.
Además de la caída en la inversión en refinación y del incremento en la importación de gasolinas, destaca la escasa capacidad que se tiene actualmente para almacenar petrolíferos y gasolinas en México.
Lo anterior debido a que estos tres temas han afectado a Pemex, pues la refinería de Cadereyta y sus terminales de reparto asociadas sólo tienen capacidad de almacenamiento para cuatro días.
Esta limitante ha puesto en mayores aprietos a Pemex, pues al parar su refinería en la semana pasada, sólo tuvo inventarios para hacer frente al problema por un par de días.
El Financiero advirtió del problema en marzo al evidenciar que México sólo almacena gasolina para 48 horas, mientras que en Japón y Estados Unidos, el almacenamiento de petrolíferos va de los 60 y a los 90 días.