CIUDAD DE MÉXICO.- El sector industrial pidió nuevamente al gobierno que antes de que continúe el proceso para la construcción del proyecto Dragon Mart, se analice y contenga el impacto negativo que pudieran recibir las micro, pequeñas y medianas empresas del país.
Ysmael López García, coordinador del Consejo Industrial para la Atención del Proyecto Dragon Mart de la Concamin expuso que de aprobarse el proyecto, se estima la entrada de al menos 300 mil toneladas de productos chinos anuales, con un valor de 2 mil millones de dólares, que desplazarían a una cantidad equivalente de productos nacionales, ya que este proyecto estimula a la inversión productiva en China y no en México.
Advirtió: "la apertura de nuestras fronteras al mercado chino permitiría la entrada masiva de sus productos, los cuales suelen tener precios subvaluados o distorsionados, hechos por empresas con privilegios tributarios, que no poseen esquemas laborales legales y un compromiso real con la ecología".
Ese último tema es relevante, tomando en cuenta que el predio se establecería en un área de 557 hectáreas denominada El Tucán que abarca tres unidades de gestión ambiental y cuya normatividad no permite la explotación comercial.
En un comunicado, precisó que China es el mayor proveedor de productos pirata, según el Informe de Estadísticas de Decomisos por Violación a los Derechos de Propiedad Intelectual generado en 2012; además recalcó que el país asiático ha incrementado la variedad de productos pirata que produce.
Lo anterior, acompañado de la emisión de facturas falsas, la declaración de precios menores al precio real de venta de las mercancías, el uso de etiquetas falsas y productos de baja calidad que no cumplen con las normas oficiales, afectarían directamente a una amplia gama de industrias, incluyendo cine, música, software, vestido, calzado, textiles, químicos, eléctrico, entre otros, agregó el representante industrial.
López García señaló en los últimos años, los delincuentes en China han desarrollado cada vez técnicas más sofisticadas para copiar productos legítimos, falsificar una gama más amplia de productos, y han desarrollado nuevos métodos de distribución para minimizar el riesgo de decomiso; sin olvidar que producen imitaciones más costosas o más baratas, según la calidad de la imitación, por lo cual ya no sólo afectan al mercado secundario de menor precio, sino también a quienes compran productos que creen genuinos.