La facturación por el pago de servicios y productos vía electrónica con el uso de tarjetas de crédito tiene un crecimiento de 10 por ciento anual y con tarjetas de débito del 20 por ciento, recuperándose del efecto adverso de la reforma fiscal a inicios del 2014, dijo Ernesto Torres Cantú, vicepresidente de la Asociación de Bancos de México (ABM).
"El número de transacciones de compras realizadas con débito ya es mayor que con crédito, es decir, la gente está usando su propio dinero y eso implica un grado de formalización mayor", comentó durante la rueda de prensa previa a la apertura de la 80 Convención Bancaria que se realizará esta semana en el puerto de Acapulco.
Actualmente 50 millones de mexicanos son usuarios del sistema financiero nacional y el volumen de actividad ha crecido a mil 385 millones de operaciones anuales, comparado con 700 millones de transacciones en 2000.
El también director general de Citibanamex mencionó que las perspectivas en este 2017 son favorables en cuanto a mantener el crecimiento del crédito. Advirtió que la tendencia alcista en la inflación significa un reto, pero no se ha observado el efecto que ha tenido en el consumo interno.
"Se ha visto que la actividad del mercado interno sigue fuerte, el mercado laboral se mantiene y si hay presión inflacionaria pero la actividad del consumo no se ha frenado, mantiene dinamismo por lo que vemos expansiones del crédito en dos dígitos", apuntó.
Ante el incremento en las tasas de interés como parte de la política monetaria del Banco de México, los banqueros desestiman un efecto adverso en el nivel de pago de la deuda de los mexicanos.
Luis Robles Miaja, presidente de la ABM, dijo que el 78 por ciento de los pagos de deuda que las familias mexicanas tienen son a tasas de interés fijas, principalmente en créditos hipotecarios y automotrices.
La deuda en tarjetas de crédito representa el 11 por ciento de los créditos de las familias, segmento en el que la tasa de interés promedio fue del 26.4 por ciento al cierre de 2016.
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