En el renglón energético Estados Unidos no podrá negociar con la carta que mantiene con México, pues en este rubro tiene una supremacía en la balanza comercial.
México tiene una clara dependencia energética de ese país, ya que importa casi mil 900 millones de dólares al mes, unos 63 millones de dólares al día, en productos básicos para la economía como la gasolina automotriz y el gas natural.
Esta industria es una con la que México puede probarle a Estados Unidos que hay claros beneficios para las naciones involucradas en la nueva versión del TLCAN, cuya primera ronda de renegociación inicia el 16 de agosto, de acuerdo con expertos de ambos lados.
Así, explicaron, México tiene una "debilidad" en cuanto a seguridad energética, pues el 80 por ciento del consumo de gas natural y el 65 por ciento de la gasolina proviene de Estados Unidos.
Francisco de Rosenzweig, exsubsecretario de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía, y socio de la división de Energía, Infraestructura y Proyectos de White and Case, dijo que es un genuino interés de Estados Unidos tener a México como cliente de este amplio volumen de productos.
"Por el lado de Estados Unidos evidentemente México se ha vuelto un mercado sumamente atractivo en términos de exportación, por el nivel que importamos de gas natural, de gas LP, de gasolinas.
"Entonces Estados Unidos quiere seguir exportando y buscando mayor integración del mercado mexicano y canadiense, y por el otro lado, México está buscando seguir captando inversión extranjera para poder desarrollar la infraestructura que necesitamos", señaló De Rosenzweig en entrevista con El Financiero.
NUEVA REALIDAD
El sector energético es quizá uno de los que más cambios ha sufrido en los 23 años de vida del tratado, pues Estados Unidos ahora es autosuficiente y México está abierto a la industria privada.
"En 1994 el mapa era completamente diferente y no sólo eso, sino que fue uno de los temas que mayores jaloneos generó porque no había condiciones para incluirlo, hoy es totalmente diferente", recordó De Rosenzweig, quien conoce de cerca el acuerdo comercial.
Las opciones para diversificar las importaciones de refinados de Estados Unidos con otros países, en México, no han sido utilizadas.
Entre enero y mayo de este año, prácticamente el total de las importaciones de gas natural provinieron de Estados Unidos, muestran datos del Sistema de Información Arancelaria Vía Internet (SIAVI) de la Secretaría de Economía (SE).
CRECER MÁS EN EL MERCADO
Para Jeremy Martin, vicepresidente del Departamento de Energía y Sustentabilidad del Instituto de las Américas de la Universidad de California en San Diego, más allá del riesgo de seguridad energética para México, la situación del gas puede contarse como una historia que muestra lo positivo de integrar aún más las cadenas productivas norteamericanas.
"Cuando se trata de la relación energética entre Estados Unidos y México la historia, la narrativa, es particularmente positiva y no sólo eso, sino que debe ser impulsada hacia delante cada vez más. La relación ha crecido hasta llegar a ser una interacción muy robusta, muy madura y extensa, con inmensas cantidades de gas natural enviadas a México que ciertamente benefician a ambas partes", detalló Martin desde San Diego.
Así esta relación podría ser una de las "herramientas" utilizadas en la renegociación del TLCAN, pero para demostrar por parte de ambas naciones que hay conexiones que dejan claros beneficios para ambos lados.
Al respecto, Fernando Ruíz, director general del Consejo Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (COMCE), coincidió en que ser el mayor cliente de Estados Unidos en refinados fortalece la posición negociadora de México.
"Estas grandes compras que hacemos de gas, de gasolina, me parece que demuestran que debe seguir el acuerdo, fortalece nuestra posición porque somos los más grandes clientes.
"Más allá de que nos puedan cerrar la llave creo que lo que le interesa a Estados Unidos es al revés, es vendernos más", dijo Ruíz.
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