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El sexenio del presidente Enrique Peña Nieto cerraría con un crecimiento económico promedio de 2.5 por ciento, considerando las estimaciones realizadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en los Precriterios 2019.
En el texto estimó que el año entrante la economía mexicana crecerá en un rango de 2.5 a 3.5 por ciento y mantuvo para 2018 un rango del PIB, de 2.0 a 3.0 por ciento.
"Para las estimaciones de finanzas públicas se utilizó la estimación puntual de un crecimiento del PIB de 2.5 por ciento en 2018 y de 3 por ciento en 2019", expuso.
Alejandrina Salcedo, titular de la Unidad de Planeación de la SHCP, dijo en entrevista que para el siguiente año se eleva el rango de crecimiento, como reflejo de las perspectivas globales más favorables.
Añadió que el año entrante se prevé mayor crecimiento por "efectos de las reformas estructurales".
Sin embargo, expertos consideraron optimista la previsión.
José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento, indicó que el crecimiento promedio que tendría la administración de Peña Nieto sería menor al de los últimos 20 años. "No logramos salir del estancamiento estabilizador y nos quedaremos abajo del pronóstico de crecer cinco por ciento que establece el Plan Nacional de Desarrollo", señaló.
En los Precriterios se estima que 2018 cerrará con un superávit de 0.8 por ciento del PIB y en 2019 de 0.9 por ciento del PIB.
En tanto, para la inflación prevé que en 2018 cierre en 3.5 por ciento y que en 2019 se lograría el objetivo de 3 por ciento.
4 riesgos para la economía
Para lo que resta del año, los principales riesgos que podrían descarrilar a la economía mexicana y a su sistema financiero son la renegociación del TLCAN, la reforma fiscal y la normalización de la política monetaria en Estados Unidos y las elecciones presidenciales en México, aseguró el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero.
En el informe anual, expuso que una posible ruptura del TLCAN reduciría el crecimiento potencial de México, deterioraría la competitividad y en un caso extremo, reduciría la confianza de los inversores.