De los 35 países de la Organización para el Desarrollo y Cooperación Económica (OCDE), México fue el que más elevó la presión fiscal sobre el costo de un trabajador entre el periodo del 2000 al 2017, de 7.8 puntos porcentuales a 20.4 por ciento; una trayectoria opuesta a la disminución que en general se observó al interior del organismo pero que todavía está muy por debajo del promedio de 35.9 por ciento, según se observa en el reporte Taxing Wages 2018.
En el periodo referido, el promedio de la presión fiscal para un trabajador soltero en la OCDE bajó a 35.9 desde 37.0 por ciento, y para una familia con dos hijos la reducción fue a 26.1 desde 27.9 por ciento.
La presión, conocida también como 'cuña fiscal', se determina, explica el reporte, sumando el impuesto al ingreso del trabajador más las contribuciones a la seguridad social que pagan tanto el empleado como el empleador.