Poco cambia en el mercado de los perfumes. Aún se rocía con fragancias a los clientes que acuden a los grandes almacenes, los anuncios provocativos siguen siendo la norma y los perfumes de éxito suelen mantener sus ventas.
El sector de los perfumes parece atrapado en un bucle sin fin que tiende a favorecer el mantenimiento del status quo por parte de los consumidores, según un nuevo informe de la consultora A.T. Kearney. Cuatro de las cinco fragancias para mujer más vendidas llevan en ese puesto más de cinco años, pese a esfuerzos constantes por desbancarlas.
El año pasado los fabricantes de esencias lanzaron más de 100 marcas nuevas o productos de marca adicionales, respaldados por jugosos presupuestos de marketing. Según la firma, se estima que el sector de la perfumería gasta unos 800 millones de dólares anuales en tácticas de marketing que van desde los anuncios de televisión hasta carteles publicitarios, muestras de perfumes o publicidad en revistas.
El problema es que gran parte de esa publicidad es un malgasto.
"Tienen que pensar dónde pueden reducir el despilfarro", dijo Nemanja Babic, coautor del informe sobre las empresas de perfumería publicado el miércoles. "En algún momento dejará de ser sostenible. Solo erosionará aún más los márgenes".
Según el estudio, que sondeó a cerca de mil compradores de perfumes, más del 40 por ciento de las compras son de los mismos productos.
El sistema de muestras de perfumes en tiendas tampoco funciona. Las pruebas de productos resultan con frecuencia un malgasto porque el coste del diseño, la producción y la formación de los comerciales superan los posibles beneficios.