La economía mexicana está en el momento correcto para subir el salario mínimo sin generar un impacto inflacionario ni generar un efecto faro, es decir, que impacte en las percepciones de los trabajadores informales.
"Las condiciones son inmejorables, ya en los primeros meses del año hay signos claros, datos oficiales, de que la inflación ha ido a la baja, además se ha demostrado con claridad que los segmentos que redujeron este crecimiento económico el año pasado fueron el tipo de cambio, el comercio de algunos productos, principalmente del sector energético", señaló Gustavo de Hoyos, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
"Creemos que es el momento correcto para dar el siguiente paso", añadió en entrevista con Víctor Piz para el programa Al sonar la campana.
Señaló que la pérdida del poder adquisitivo ha hecho que una parte de la población tenga una capacidad limitada para comprar bienes y servicios, por lo que el mercado registra una falta de dinamismo, por lo que de aumentar el salario, las personas tendrían una mayor capacidad de adquisición que alentaría a las exportaciones.
Indicó que actualmente, con el salario mínimo se cubre el 90 por ciento de la canasta alimentaria; sin embargo, la Coparmex está pidiendo que esta percepción aumente a un nivel en el que alcance la línea de bienestar establecida por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que equivale al valor de la canasta alimentaria más la no alimentaria por persona al mes.
De acuerdo con datos de esa institución, el valor de la línea de bienestar fue de mil 915.01 pesos corrientes por persona en zonas rurales y dos mil 974.46 pesos en zonas urbanas durante febrero de este año.
Mientras que el salario mínimo general actualmente alcanza los 88.36 pesos diarios.