Si terminara el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no se generaría caos, ni se alterarían los procedimientos aduanales, ni los cruces transfronterizos, previeron expertos y participantes de la industria del transporte.
Ello debido a que buena parte de los protocolos y normas adoptados entre los tres países en procedimientos aduaneros funcionan bajo otro tipo de acuerdos, como el de Facilitación del Comercio de la Organización Mundial de Aduanas.
"Independientemente de que hubiese o no un tratado, en materia aduanera se han hecho esfuerzos, no como producto de la negociación con Estados Unidos, sino de lo que deriva de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y del acuerdo de facilitación comercial", explicó Luis Enrique Zavala, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (ANIERM).
Por ello, indicó que todos los movimientos de digitalización y ventanilla única continuarán, ya que eso es independiente.
Así, el cambio más tangible sería la entrada de aranceles bajo la OMC, pero no en protocolos aduaneros. "Básicamente cambiaría el tema arancelario, porque los procesos aduanales no tienen nada que ver con la negociación", coincidió Fernando Ruiz Huarte, director del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce).
y Estados Unidos.
El presidente de la Confederación de Asociaciones de Agentes Aduanales de la República Mexicana (CAAREM), Ricardo Zaragoza, dijo que aunque algunos pueden imaginarse que el comercio en la frontera se cerraría, esto no puede pasar, por la compenetración que México y EU han desarrollado.
Transportistas comparten visión
"La finalización anticipada del TLCAN no tiene por qué provocar mayores revisiones por parte de la autoridad aduanera, sino al contrario, debería la autoridad agilizar sus regiones aprovechando que ahora nuestras mercancías tendrán que ser más competitivas para tener mayores oportunidades en otros países", previó Miguel Ángel Andrade, director general de la Asociación Mexicana de Agentes Navieros.
Actualmente, para que cualquier producto cruce la frontera entre México y Estados Unidos, se requiere de una espera de entre cuatro y ocho horas, estimó José Refugio Muñoz, vicepresidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar).
"En el futuro no tendría que entorpecerse esa lógica, ni cuando finalice el tratado. Veremos un efecto en aranceles, sí, pero no se cambiarían las políticas aduaneras, esas no se tocan", añadió.
Un experto del sector ferrocarrilero señaló que el caso de los trenes sería similar al autotransporte y que al tener aranceles, la región perdería competitividad, por lo que se buscaría retomarla con otros eslabones, como es el transporte.
El autotransporte de carga realiza el 63.8 por ciento de las exportaciones y el 51.2 por ciento de las importaciones. El 17.4 y el 30.2 por ciento se realiza por barco y el sistema ferroviario mexicano se encarga del 14 y ocho por ciento, según las cifras del Inegi.
Aunque no se anticipan cambios en los procedimientos aduanales, la ANIERM reconoció que la confusión que podría surgir por la terminación del tratado podría a afectar el comercio con EU en materia de logística portuaria.
"Si llega a haber modificaciones, podría haber impacto en el ámbito logístico, sería toda la confusión y no pasaría arriba de ocho meses, a un año", estimó Zavala.
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