Después de que Estados Unidos empezó a aplicar aranceles a partir de la primera hora del viernes pasado por 34 mil millones de dólares a productos tecnológicos chinos, el Ministerio de Comercio de la República Popular China (MOFCOM) culpó a EU de encender "la guerra comercial más grande en la historia económica" y respondió gravando productos como los frijoles de soya y sorgo, pescado, autos y whiskey, provenientes del país gobernado por Donald Trump.
"Estas tarifas violan las reglas (de la OMC) y representan un 'bullying comercial' típico, estableciendo una grave amenaza a las seguridad de las industrias y de las cadenas de valor a nivel global", dijo el MOFCOM por medio de un comunicado.
Algunos de los empresarios estadounidenses aseguraron que las tarifas no resolvían los problemas que el país norteamericano tiene con China e instaron al gobierno americano a negociar nuevamente con Beijing.
"Los manufactureros quieren ver que la administración regrese a China a las mesas de negociación en cuanto antes, en función de buscar un acuerdo comercial que redefina la relación económica EU-China de manera positiva. Las tarifas no resuelven ni resolverán los problemas existentes con China", dijo en un comunicado Jay Timmons, presidente y CEO de la Asociación Nacional de Manufactura de Estados Unidos.
El Ministerio de Comercio de China anunció que el 6 de julio impuso una demanda en la OMC por las medidas arancelarias tomadas por EU.
El índice compuesto de Shanghái se encuentra en su racha perdedora más larga en seis años y el yuan registró el mes pasado su peor trimestre desde 1994.
Ven impacto en EU
De acuerdo con Peter Robinson, presidente y CEO del Consejo Estadounidense de Negocios Internacionales, los miembros del organismo al que representa ya han comenzado a percibir el impacto de las tarifas.
"Nuestros miembros ya están resintiendo el impacto temprano de las tarifas materializado en incremento de costos y disrupciones operacionales, y los últimos movimientos sólo empeorarán el asunto. Podemos esperar más daño a la economía de Estados Unidos, sus trabajadores, compañías y consumidores", dijo Robinson en un comunicado.
El gobierno del país asiático anunció su respaldo económico a las compañías de su país que dicha guerra tarifaria pudiera llegar a afectar.