México cayó seis posiciones en el reporte de Doing Business 2019 sobre la facilidad de hacer negocios publicado este miércoles, donde pasó del sitio 48 al 54.
En el reporte, que analiza a 190 países, México obtuvo resultados poco favorables durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, el cual culminará el 30 de noviembre.
A pesar de las reformas aplicadas en el presente sexenio, éstas no rindieron fruto, al menos en la calificación que el Banco Mundial hace en su reporte emblema sobre 11 indicadores en los que la regulación toma en cuenta el nacimiento, desarrollo y permanencia de los negocios en un país.
En el caso del país, se tomaron en cuenta los procedimientos y facilidades de las dos ciudades más productivas del país: Ciudad de México y Monterrey.
Comenzar un negocio en México lleva 8.4 días en promedio con 7.8 procedimientos y un costo equivalente al 16.2 por ciento del ingreso per cápita.
Al hacer la comparación con el sexenio anterior, el texto explicó que los procedimientos aumentaron, el número de días prácticamente fue el mismo y el costo era en ese año equivalente al 10 por ciento del ingreso per cápita.
El reporte de este año destacó como un aspecto negativo de la facilidad para hacer negocios en el país que, en la Ciudad de México, el trámite de los permisos de construcción se encareció debido a modificaciones al código tributario.
Este aspecto fue el de mayor variación en el sexenio al ubicarse en el sitio 93 comparado con el lugar 36 que alcanzó en el reporte de 2013.
De los 11 aspectos analizados, México figuró en las posiciones más bajas en pago de impuestos (lugar 116), registro de propiedad (103) y obtención de electricidad (99), las mismas tres áreas que a la salida del gobierno de Felipe Calderón fueron las más débiles en el reporte Doing Bussines 2013.
La electricidad es una necesidad para que cualquier negocio funcione correctamente y se expanda, señaló el Banco Mundial y también lo ubicó como elemento importante en la competitividad y el fortalecimiento del capital humano en una economía.
Los datos de investigación indicaron que los mayores costos de electricidad tienden a tener un impacto adverso en las empresas. A medida que los precios aumentan, las empresas cambian su enfoque hacia procesos de producción con menos consumo de electricidad, lo que resulta en una productividad reducida.
El costo de electricidad en México fue equivalente al 290.4 por ciento del ingreso per cápita, comparado con el 68 por ciento que representa en Nueva Zelanda o el 48.9 por ciento en Chile.