Incrementar la producción de petróleo nacional a los niveles planteados por el presidente electo de dos millones y medio de barriles al final de su sexenio, sólo podrían alcanzarse con ayuda de los recursos no convencionales, consideró este miércoles David Rosales Hernández, director general Gas Natural y Petroquímica de la Secretaría de Energía (Sener).
"Es necesario algo no convencional para alcanzar las curvas previstas, si no seguiremos con los mismos niveles o en caída", explicó a medios al término de su participación en el foro Latin America & Caribbean Gas.
Detalló que esto también va en virtud de que los campos más productivos de Pemex están en condiciones maduras, por ende "éstos irán declinando; se requiere nueva producción en muchos frentes".
Agregó que Pemex no podría hacerlo solo, pues se requiere la participación de privados.
En su experiencia, explicó, aquellos países que han dejado de realizar fracking, han visto un incremento en los costos de generación eléctrica y una pérdida de inversión en materia de petróleo y gas que los ha dejado en términos menos competitivos. "La fractura hidráulica es necesaria para la producción de petróleo y gas en el mundo", aseguró.
"Hay distintos tipos de fractura; de la que conocemos incluye fractura vertical que en México desde hace décadas ha sido conducida por Pemex; lo importante es que haya una regulación ambiental y en materia d evalúa pertinente", sostuvo.
¿Qué es el fracking?
Cabe recordar que el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, afirmó el viernes pasado afirmó que el fracking para extraer petróleo o gas natural no será utilizado en México. "El momento de campaña y partidos políticos ya acabó, es momento de gobernar para todos, la nota es que no permitiremos ese método para extraer hidrocarburos (...). No vamos usar esos métodos de extracción de petróleo, de gas, eso no se va a aplicar".
El fracking o fractura hidráulica es una técnica que permite mejorar la extracción de gas y de petróleo del subsuelo. Para ello, se inyecta a presión algún material en ese suelo, de modo que las fracturas que ya existen en las rocas del interior de la tierra aumenten y liberen el gas o el petróleo atrapado en dichas fracturas, llamado 'lutita'.
En la 'lutita', que se ubica entre mil y cinco mil metros de profundidad, se hacen perforaciones horizontales que pueden extenderse por varios kilómetros en diversas direcciones.
¿Impacto ambiental?
Según la Alianza Mexicana contra el Fracking, esta práctica puede conllevar en diversos impactos. Uno de ellos es la disminución de disponibilidad del agua, ya que la fractura de un solo pozo requiere entre 9 y 29 millones de litros de agua.
El ritmo de explotación anual de 9 mil nuevos pozos en Estados Unidos que se pretende exportar a México supondría un volumen de agua equivalente al necesario para cubrir el consumo doméstico de entre 1.8 y 7.2 millones de personas en un año, según la organización.
Otro punto en contra es la contaminación de las fuentes de agua. En Estados Unidos existen más de mil casos documentados de contaminación de fuentes de agua relacionados con esta práctica según la alianza.
Además, expertos de la organización señalan que al menos 25 por ciento de las sustancias utilizadas en las distintas mezclas de perforación pueden causar cáncer y mutaciones. También indican que el 90 por ciento de las emisiones en el proceso de fracking es metano, gas que contribuye al calentamiento global.