Petróleos Mexicanos (Pemex) se mantiene en el ojo del escrutinio no sólo político, sino también de los inversionistas.
Los bajos precios del petróleo han afectado diferentes renglones operativos que mantienen en zona de vulnerabilidad a la principal empresa de México.
De hecho, ha sido un efecto en cadena a partir de la baja de los precios del petróleo y es que renglones como activos totales, ventas internas, exportaciones, importaciones y deuda total han acentuado su deterioro en los últimos seis trimestres, lo que se explica en las siguientes cinco gráficas.
1. Activos totales
La petrolera mexicana informó en su último reporte que sus activos totales ascendieron a 125 mil 861 millones de dólares, su nivel más bajo desde 2011, cuando este renglón apenas superaba los 109 mil millones de dólares.
Al cierre del primer trimestre de 2013 la empresa alcanzó un nivel máximo de activos que superó los 164 mil millones de dólares.
Prácticamente en un periodo de 30 meses la empresa tuvo una destrucción de su patrimonio que alcanzó los 38.8 mil millones de dólares.
2. Producción de hidrocarburos
El principal problema para la empresa es la caída de su producción. Sus cifras revelan que a diciembre de 2015 la producción de petróleo alcanzó los 2 millones 275 mil barriles diarios, lo que significa una caída de 10.7 por ciento frente a lo observado al cierre de 2012.
La caída fue mayor en la producción de gas, que en mismo lapso cayó 17 por ciento, al pasar de 365 a 303 millones de barriles diarios.
Esta baja ya venía observándose en años anteriores, pero los elevados precios del crudo le permitieron recibir más recursos por una menor producción.
3. Balanza Comercial Petrolera
La actual administración si bien encontró una empresa con un deterioro en indicadores como extracción y reservas probadas, los elevados precios del crudo –principalmente- le permitieron conservar una balanza superavitaria con el exterior y le ayudó a sortear los elevados costos de deuda, pago de impuestos y mantener su operación.
Sin embargo, al cierre de 2015 esto ya cambió y es que una menor producción redujo su capacidad exportadora y por el contrario, aumentó su dependencia de productos petrolíferos terminados –como las gasolinas- y del gas, lo que llevó a que después de muchos años su balanza comercial fuera deficitaria.
4. Gasolinas
Pemex se enfrentó a una disyuntiva ante el vertiginoso crecimiento de las ventas automotrices en México y es que el aumento del parque vehicular no fue acompañado con un incremento en la refinación de gasolinas, sino que se recurrió a los mercados externos para cubrir el déficit.
Entre 2012 y diciembre de 2015, el consumo de gasolinas creció 5.6 por ciento, en tanto que la elaboración de gasolinas cayó en el mismo lapso 9.0 por ciento, resultado de una menor inversión en las refinerías nacionales.
Estas cifras no incluyen el robo de combustible que representa un deterioro para la empresa de casi 2 millones de pesos cada hora.
5. Deuda financiera
El petróleo siempre ha sido servido como garantía para la contratación de deuda de la empresa; sin embargo, ante la caída de los ingresos del petróleo y una reducción de sus partidas del gasto federal, la empresa ha recurrido al endeudamiento para cubrir la reducción de sus ingresos.
El resultado: en los últimos tres años la deuda financiera de la empresa se ha disparado en 26 mil millones de dólares, al pasar de 60.4 mil millones al cierre de 2012 a 87.3 mil millones de dólares al cierre del tercer trimestre de 2015.
Pese a las bajas tasas tanto internas como externas, el costo financiero para la empresa supera los 14 mil millones de dólares en el mismo periodo.