Miguel Ángel Pallares Gómez
La reforma hacendaria presentada por el presidente de México, Enrique Peña Nieto, contempla un impuesto de un peso por litro a refrescos y otras bebidas azucaradas como jugos, tés, polvos, entre otras, con lo cual espera recaudar más de 12 mil 455 millones de pesos en 2014.
Dentro de la iniciativa presentada ante la Cámara de Diputados, el ejecutivo propuso que gravar con el Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) a productores e importadores con una cuota específica de 1 peso por litro a todas las bebidas saborizadas, así como a los concentrados, polvos, jarabes, esencias o extractos de sabores.
"El impuesto se calculará mediante la aplicación de una cuota de 1 pesos por litro de bebidas saborizadas y por lo que respecta a concentrados, polvos, jarabes, esencias o extractos de sabores, el impuesto se calculará tomando en cuenta el número de litros de bebidas saborizadas que, de acuerdo con las especificaciones del fabricante, se puedan obtener", indica el texto de la iniciativa.
En la reforma se excluyen a bebidas saborizadas consideradas como medicamentos, por ejemplo, los jarabes para la tos, el suero oral y otros productos. También se exenta a la leche saborizadas en cualquier presentación y a las bebidas saborizadas preparadas en bares y restaurantes.
Las bebidas saborizadas representan 78 por ciento de las ventas por volumen del embotellador Coca Cola Femsa (KOF), quien vendió mil 871 millones de cajas unidad en 2012, equivalente a cerca de 10 mil 500 millones de litros. Sólo KOF debería pagar con el nuevo impuesto cerca de ocho mil millones de pesos.
En el caso de Arca Continental, las bebidas saborizadas representan más del 90 por ciento del total de sus ventas, las cuales ascendieron a 875 millones de cajas unidad, casi cuatro mil 900 millones de litros, por lo que la empresa pagaría cerca de cuatro mil 400 millones de pesos con el nuevo impuesto.
La embotelladora de Pepsi, Cultiba, tiene un portafolio de bebidas carbonatadas y no carbonatadas que representa 50.8 por ciento de sus ventas. En 2012, la empresa vendió mil 559.7 millones de cajas unidad en 2012, equivalente a ocho mil 700 millones de litros, por lo cual pagaría más de 4 mil 400 millones de pesos con el nuevo impuesto.
En total, las tres principales embotelladoras del país aportarían 17 mil millones de pesos, tomando en consideración los datos reportados a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), sin embargo, la iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2014 contempla captar 12 mil 455 millones de pesos por bebidas saborizadas, más 23 millones de pesos adicionales por bebidas energizantes.
Para el cálculo de contribuciones por bebidas saborizadas faltaría contemplar a grupo Ajegroup, fabricante de Big Cola; Grupo Peñafiel, y Embotelladora Mexicana, fabricante de Jarritos, entre otras, las cuales no hacen públicos sus resultados.
Jorge Sánchez, socio de impuestos y servicio legales de Deloitte México, destacó que la meta de recaudación contemplada por el gobierno representa una tercera parte de lo que se capta por impuestos a bebidas alcohólicas, lo cual muestra que es una medida ambiciosa.
José María Flores, analista de Ve por Más, señaló que las compañías podrían trasladar este aumento al consumidor de forma paulatina y Alejandro Calvillo, director de El Poder Consumidor, dijo que la iniciativa se quedó corta comparada con el 20 por ciento de impuestos que ellos proponían.
La Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (Anprac) estaba en reuniones para definir su postura sobre el impuesto ya que, según dijo, fue sorprendida con el gravamen para todas las bebidas saborizadas.
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