CIUDAD DE MÉXICO.- Pese a la actividad reformadora en el país, la informalidad es un lastre para el mercado interno en México, advierte Víctor Herrera, director general de Standard and Poor's (S&P) de México.
El directivo de la firma de riesgo soberano asevera que las reformas estructurales no podrán compensar el lastre de la informalidad, debido a que estos cambios vienen a dinamizar un sector nuevo de la economía que estaba cerrado, y va haber demanda de personal muy calificada.
"El mercado informal no las está dando (personas calificadas), no tienen la capacidad técnica, entonces como país vamos a tener que trabajar para incorporar y darle conocimiento a esta parte de la población".
Tras su participación en la Cumbre Inaugural de ETF's en México, Víctor Herrera sostiene que en la informalidad no hay valor agregado, no hay producción en esa actividad.
El director general de S&P aseveró que "no se hizo mucho para limitar la informalidad con la agenda de reformas aprobadas el año pasado. Eso sí nos faltó".
La informalidad representa cerca de 60 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), por lo que son muchos votantes y hay un factor político importante, destacó.
Herrera prevé que a México le podría tardar hasta 20 años en erradicar la informalidad, estrategia que sí se puede lograr.
En Perú, por ejemplo, dijo el directivo, se vendían lavadoras y refrigeradores en la banqueta y ya no sucede tal cosa.
"Es muy difícil para la economía reducir el grado tan avanzado de la economía informal, pero sí se puede lograr (...) si le ha tomado a México 20 o 30 años llegar a reformas, nos va a llevar ese tiempo en salir de la informalidad, pero hay que hacer algo".
Explicó que la capacitación, la educación, el no permitirles vender en la vía pública, por ejemplo, serían estrategias de inicio.
Contra choques
Víctor Herrera aclaró que para que el mercado interno se dinamice y sea un colchón de choques externos, sí se tiene que reducir los altos índices de informalidad en el país.
Además, "le llevará tiempo a México cristalizar en crecimiento económico las reformas estructurales hacia una tasa potencial de 3.5 por ciento.
"Hay que tener los pies en la tierra, no va a llegar el dinero de la noche a la mañana. Estos cambios tardan en madurar diez o 15 años", dijo Herrera.
México no tiene herramientas para reducir los choques externos, de ahí que la economía nacional está débil y necesita apoyó del Banco de México, pero el descenso de las tasas tendrá un limitado efecto, comentó Herrera.
Es por ello que a México le urge dinamizar su mercado interno, para que desaceleraciones como la que registró Estados Unidos a principios de año, por efectos climatológicos, no dañen a nuestra economía.
A raíz de que los bancos centrales mantienen políticas monetarias expansivas, los flujos de inversión regresarán a los mercados emergentes, considero el directivo de S&P.