En la contienda electoral estadounidense la inmigración se convirtió en un elemento que definirá las preferencias de los votantes y no es para menos, ya que para una parte de la población estadounidense los "culpables de todos los males" son los que vienen de afuera.
Sin embargo, un estudió de la Academia Nacional de las Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos publicado a finales de septiembre, dio un poco de luz al impacto económico y fiscal de la inmigración hacia los Estados Unidos, siendo este el primer gran estudio sobre la inmigración en 20 años.
De acuerdo con el estudio, el 19.2 por ciento de la migración que se observó entre 1970 y 2013 salió de México, colocándose como la principal nacionalidad que solicitó residencia legal en la mayor economía del mundo. Su otro socio del TLCAN, Canadá, apenas represento el 2.4 por ciento de los que solicitaron la residencia en el mismo periodo.
Otro dato interesante es que el 45.6 por ciento de los migrantes que recibió Estados Unidos en los últimos 43 años ha provenido del continente americano, por cuestiones de cercanía geográfica.
A continuación te presentamos cinco gráficas que te explican la participación, características y tendencia de la migración mexicana y latina en la economía de los Estados Unidos.
1. Mayor presencia latina
Los latinos se consolidan como la minoría con mayor crecimiento en los Estados Unidos, superando incluso la dinámica observada por la población blanca.
De acuerdo con información del Departamento de Seguridad de la Patria, entre 1970 y 2014 la población latina creció en casi 45 millones de personas, en tanto que los blancos lo hicieron en casi 26 millones y los afroamericanos en 15.5 millones.
Con esta dinámica, la comunidad clasificada como latina/hispana/española llegó a los 54 millones de habitantes en 2014, sólo superados por los blancos que llegaron a los 195.4 millones.
2. Mayor uso de mano de obra inmigrante
El mercado laboral estadounidense se consolida como uno de los de mayor diversidad étnica a nivel mundial y es que de los más de 99.3 millones de trabajadores que se registraron en 2012, 15.7 millones eran inmigrantes (53.4 por ciento hombres y 46.6 mujeres). En 1970, de una fuerza laboral 62.8 millones de personas, sólo 3.1 millones eran considerados como inmigrantes.
La estadística únicamente toma en cuenta a la población de 25 a 64 años con empleo.
Desafortunadamente, la mayor parte de los empleos en los que se ocupan a los inmigrantes (76.5 por ciento) es para labores intensivas en mano de obra, principalmente como trabajadores de servicios, fuerza de ventas y empleos con bajo nivel de capacitación.
De acuerdo con el estudio, es en estos segmentos en donde los estadounidenses ven una difícil competencia con los inmigrantes, muestra de ello es que del total de los trabajadores (tanto nacionales como inmigrantes) que tienen un empleo, únicamente 35.5 por ciento cuenta con estudios de bachillerato o más.
3. Inmigrantes de México los que más trabajan y menos ganan
El estudio muestra que los hombres provenientes de la India y de México son los que más tiempo le dedican al trabajo, al observarse que en el periodo de 2010 a 2012 trabajaron en promedio 87.9 y 82.4 semanas al año, respectivamente. En cuanto a las mujeres, las inmigrantes de Filipinas, Vietnam y de países africanos, son las que registran las mayores jornadas de trabajo, al reportar un promedio de 74, 66.1 y 64.4 semanas laboradas al año; en el mismo orden; las mexicanas solamente reportaron 49 semanas al año.
En lo que se refiere al sueldo cobrado, los inmigrantes mexicanos son los que reciben los sueldos más bajos entre las diversas nacionalidades; en el caso de los hombres cerraron 2012 con un ingreso por hora de 17.34 dólares, en tanto que las mujeres fue de 12.87. En 1970 percibían en promedio 20.37 y 14.80 dólares, respectivamente. Cabe mencionar el sueldo de los inmigrantes mexicanos y latinos fueros los únicos que se redujeron entre 1970 y 2013.
4. Inmigración latina, la menos educada
Si bien México y China estuvieron en el grupo de inmigrantes que registraron los mayores incrementos en el número de años promedio de educación escolar, los inmigrantes mexicanos y latinos se mantienen con los menores números de años que le dedicaron al estudio.
De hecho, hasta 2012 los inmigrantes mexicanos tenían una educación escolar de 9.5 años en promedio y el resto de los latinos 11.3 años, niveles por debajo de los 13.9 años de los chinos; 14.2 de los filipinos; 15.9 de los hindús.
Es notable que los inmigrantes mexicanos pasaron de un nivel de educación de 5.7 a 9.5 años entre 1970 y 2012.
Al cierre de 2012, el 43.7 por ciento de los latinos (mexicanos y otros) que ingresaron a Estados Unidos, tenían un nivel de escolarización menor a la secundaria terminada (se incluyen los que no obtuvieron certificado), muy superior al 7.5 por ciento de los asiáticos y 6.7 de los europeos.
5. El costo de la inmigración
Esta es la parte que más sensible para la opinión pública estadounidense en cuanto a la inmigración y es lo que en realidad cuesta a los contribuyentes el recibir a gente del exterior.
El estudio observa que los inmigrantes de la primera generación (los recién llegados) generan un costo de mil 600 dólares por persona al año, los de segunda generación (con padres inmigrantes) registran ingresos netos por mil 700 dólares, en tanto que los de tercera generación (padres e hijos nacidos en EU pero de origen inmigrante) también reportaron ingresos por mil 300 dólares.
Si lo llevamos el costo fiscal por familia, la primera generación tiene un costo para los ingresos públicos de tres mil 300 dólares, en tanto que las familias de segunda y tercera generación generan ingresos conjuntos de cinco mil 400 dólares. Esto mantendría vigente la discusión que lleva años, ¿Qué tan viable y útil sería que los inmigrantes obtengan la ciudadanía?