Una creciente aversión al riesgo en el mundo, aunada al nerviosismo en México por factores principalmente políticos generó una 'tormenta perfecta' que arrasó al peso, la Bolsa de Valores y los bonos del gobierno mexicano.
Analistas dijeron que los principales factores externos que provocaron la venta masiva de activos de riesgo fueron los temores al menor crecimiento económico por la guerra comercial de Estados Unidos y China, el alza acelerada de las tasas de interés de la Reserva Federal y las tensiones geopolíticas en Medio Oriente, a lo que se sumó la preocupación en materia de seguridad, luego de presuntos intentos de ataques a expresidentes estadounidenses.
En tanto, en el país predominó el nerviosismo previo a la consulta para definir el destino del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) ante el riesgo de "discrecionalidad" en las políticas económicas de la siguiente administración.
Peso, en picada
El tipo de cambio subió este miércoles a su mayor nivel desde el 3 de julio y cerró en 19.5465 pesos por dólar interbancario, lo que implicó una depreciación de 1.32 por ciento, según datos del Banco de México.
Sin embargo, tras el cierre oficial, el dólar cotizó hasta 19.6270 en el mercado internacional. En ventanillas bancarias de Citibanamex, el dólar se vendió en 19.90 pesos.
"México no está exento de la volatilidad y el riesgo global", dijo a El Financiero Bloomberg, Alejandra Marcos, directora de Análisis y Estrategia de Intercam Casa de Bolsa. "Pero hay que añadir dos factores locales: el cambio en la perspectiva de la calificación de Pemex y la consulta sobre el NAIM".
La apreciación del dólar en el mercado global también influyó en el peso. El índice BBDXY, que mide a esa moneda frente a una canasta de 10 divisas, subió 0.41 por ciento.
Bolsa rompe piso de 46 mil
En medio de una ola vendedora de acciones en el mundo, el mercado mexicano ligó su tercer día a la baja.
El Índice de Precios y Cotizaciones bajó 1.05 por ciento o más de 500 unidades, a 45 mil 959.04 puntos, nivel que no se veía desde principios de junio. En tanto, el FTSE BIVA cayó 1.08 por ciento a 928.11 puntos. En el año, los referentes accionarios mexicanos acumulan un desplome de 6.88 por ciento.
"La volatilidad va a continuar, particularmente para América Latina. Estamos al final de un ciclo económico y empieza a haber algo de nerviosismo", señaló Alan Alanís, director de renta variable para América Latina de UBS Investment Bank. "Acabamos de bajar nuestra recomendación de compra a neutral para México (…). La incertidumbre en política económica empieza a pesar sobre las acciones mexicanas y creemos que va a haber algo de debilidad".
Parte del descalabro provino de EU, pues los índices Dow Jones y S&P 500 borraron las ganancias del año.
Tasas, a máximos desde 2000
El mercado de deuda no fue ajeno a la presión externa. La tasa de interés del bono a 10 años emitido en México está en un ciclo alcista que lo llevó a pagar 8.35 por ciento anual al vencimiento, un máximo no visto desde enero de 2010, de acuerdo con información de Bloomberg.
Hay alta volatilidad por la incertidumbre relacionada con tensiones geopolíticas, dijeron analistas de Banorte-Ixe, en una nota a clientes.