Si bien la reforma energética mexicana ha sido calificada por la Agencia Internacional de Energía (EIA, por su siglas en inglés) como la mayor reforma de todo el mundo en el sector, no significa que en otros lugares estén haciendo menos competitivas sus licitaciones petroleras.
En América Latina, Colombia mejoró los términos fiscales de sus contratos, Uruguay va por su tercera ronda. Guyana Francesa y hasta Cuba han abierto recientemente espacios de exploración petrolera.
Brasil, con todo y su problemática política, ha efectuado importantes cambios como la reducción en el porcentaje de contenido nacional, donde pasó de 50 por ciento a sólo 18 por ciento en proyectos marinos, según un reporte de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi).
"En Brasil las penalizaciones por no cumplir el contenido nacional también se redujeron. Se eliminó la obligatoriedad de que Petrobras opere en todos los bloques del pre-sal, permitiendo que la inversión productiva crezca sin estar limitada a las posibilidades de una compañía", dice el reporte.
Para la Ronda 2.4 de México se establecieron porcentajes de contenido nacional que inician en tres por ciento para los primeros 13 años del proyecto y de 10 por ciento para los 50 años que duraría un proyecto de aguas profundas.
Gonzalo Monroy, director general de la consultora GMEC, señaló que ahora que el modelo mexicano ya "se coció" ahora sí se puede medir contra los de otros países, donde entre sus retos se encuentra la seguridad institucional de los contratos, señaló.
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