Lo que sucedió el martes por la mañana en la apacible ciudad de Michigan ciertamente no se quedó ahí.
El anuncio hecho por Ford Motor en Flat Rock de que cancelaría la construcción de una planta de mil 600 millones de dólares en San Luis Potosí hizo que el peso se tambaleara junto con las acciones en uno de los principales proveedores de partes del país.
Las acciones de Ford subieron mientras que Kansas City Southern –que genera el 41 por ciento de su ingreso al sur de la frontera- se desplomó.
Asimismo, el costo de asegurar los bonos de México contra el no pago alcanzó su nivel más alto en casi tres semanas.
El hecho de que una decisión de inversión relativamente menor de parte un conglomerado automotor de 49 mil millones afectara a un grupo de activos tan diverso pone de manifiesto el complejo panorama que los inversionistas deben navegar en el 2017 mientras Donald Trump se prepara para asumir el cargo.
La inclinación del presidente electo a hacer declaraciones sobre políticas en Twitter ha dejado a la mayoría sin referencias a qué atenerse, ya que ahí él opina de todo: desde la moneda de China hasta el caza F-35.
"Será un trayecto movido, mientras el mercado y la prensa logran entender la agenda política de la nueva administración", dijo Andrew Stanners, administrador de inversiones en Aberdeen Asset Management, que maneja 11 mil millones de dólares en deuda de mercados emergentes que incluye bonos en peso mexicano.
Por desgracia para México, están en la mira
El peso, que funcionó como barómetro de las posibilidades de Trump de ganar durante la campaña presidencial de Estados Unidos, tuvo la tercera caída más pronunciada en el mundo el año pasado por temores de que la nueva administración renegocie el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y que controle la inmigración ilegal erigiendo un muro a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos.
El peso cerró este miércoles en un mínimo histórico, de 21.52 unidades por dólar.
El máximo ejecutivo de Ford, Mark Fields, a la cabeza de una empresa criticada por el magnate de los bienes raíces por su decisión de producir al sur de la frontera los vehículos que vende en el país, indicó previamente que estaba dispuesto a trabajar con el presidente electo para mantener los empleos en Estados Unidos.
Kansas City Southern, que según estimaciones de Bloomberg genera poco menos del uno por ciento de sus ingresos a partir del fabricante de autos estadounidense, mostró la mayor baja en el Promedio de Transporte Dow Jones.
Nemak, un proveedor mexicano de autopartes que cuenta a Ford entre sus clientes, retrocedió más del 3 por ciento.
Las permutas de incumplimiento crediticio (CDS, por su sigla en inglés) a cinco años se dispararon el martes y repuntaron desde su nivel más bajo en 13 meses alcanzado en agosto.
Un tuit de Trump en las primeras horas del martes vino a recordar nuevamente que la industria automotriz sigue en su mente a medida que comienza el nuevo año.
En la red social, afirmó que General Motors debe fabricar su Chevy Cruze en Estados Unidos o atenerse a pagar "un gran impuesto fronterizo" cuando los autos ingresen al país provenientes de México, lo que desató un breve período de liquidación de la acción durante el período previo a la jornada bursátil.
"General Motors envía modelo Chevy Cruze hecho en México a distribuidores de autos en Estados Unidos sin pagar impuestos al cruzar frontera. ¡O fabrica en EE.UU. o paga gran impuesto en frontera!", tuiteó el presidente electo.
Posteriormente, GM emitió un comunicado señalando que sus sedanes Cruze vendidos en Estados Unidos también se producen en el país.
Por su parte, Fields dijo que había informado a Trump y al vicepresidente electo, Mike Pence, de la decisión de ampliar las operaciones en Michigan esta mañana.
Horas más tarde, agregó que "definitivamente" ellos habrían hecho esto aunque Trump no hubiera sido elegido.