México tiene espacio para incrementar sus ingresos fiscales vía mayores impuestos a la renta personal y al consumo en general, tanto en IVA como en gravámenes verdes y a la propiedad inmobiliaria, para ampliar la base de contribuyentes en lugar de gravar más a quien está pagando más, señaló Ángel Melguizo, director de la Unidad de América Latina de la OCDE.
En entrevista telefónica, dijo que el próximo gobierno puede afrontar pasos adicionales para agregar a la reforma tributaria de 2013, "que todavía está madurando".
Tras presentar en Chile el informe "Estadísticas Tributarias en América Latina y el Caribe 1996-2016", Melguizo añadió que toda reforma tributaria tiene que ir acompañada de avances en el gasto público.
"Con un Estado más transparente, más capaz y que realmente apoye de manera efectiva a los mexicanos que más lo necesitan, pero con una cultura de incentivos y no sólo de subsidios. Invertir en educación, competencias y habilidades para que los jóvenes encuentren un trabajo formal", apuntó.
El funcionario de la OCDE añadió que el refuerzo de los recursos tributarios para financiar las políticas públicas que se necesitan en calidad de la educación, infraestructura y para reforzar la diversificación productiva es del interés de México, por lo que debe verse más allá del contexto exterior.
A contracorriente
El informe elaborado en conjunto con la Cepal destaca que México va a contracorriente, junto con Panamá y Paraguay, del resto de los países de América Latina, en donde el mayor aporte de ingresos tributarios es por Impuestos Sobre la Renta (ISR) y a las utilidades, que son más sensibles a la evasión que el Impuesto al Valor Agregado (IVA), según el informe Estadísticas Tributarias en América Latina y el Caribe 2018.
Con un 29.3 por ciento de los ingresos tributarios totales, el IVA es la mayor fuente de ingresos en promedio en la región, seguido por los ingresos provenientes de los impuestos a la renta, utilidades y las ganancias (27.3 por ciento) y de otros impuestos sobre bienes y servicios (21.2 por ciento).
Sin embargo, en México la recaudación como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) fue de 17.2 por ciento en 2016, y el Impuesto sobre la Renta (ISR) y utilidades fue la mayor fuente de recaudación, una diferencia con el resto de países de América Latina.
México no grava los alimentos y las medicinas y numerosos productos lo que se traduce en una base tributaria estrecha. Estimados de la CEPAL en 2014 indican que las pérdidas tributarias de estas exenciones pueden ir desde el 1.1 por ciento hasta el 2.5 por ciento del PIB, según explica en el documento Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe, los desafíos de las políticas públicas en el marco de la Agenda 2030 que publicó a la par del que hizo en conjunto con la OCDE.
La evasión fiscal es mucho mayor en el Impuesto sobre la Renta, que en el Impuesto al Valor Agregado, señala la CEPAL.
El problema a nivel América Latina arrojó que la evasión fiscal del IVA en América Latina en 2015 fue equivalente al 2.4 por ciento del PIB regional. En el caso del impago del ISR el porcentaje se elevó a 4.3 por ciento, lo que conjuntamente significó ese año un total aproximado de 340 mil millones de dólares.
Melguizo indicó que en el tema del ISR hay que seguir luchando contra la evasión y que todo cambio en el IVA debe ser "con cuidado" por su impacto en el consumo y la desigualdad.
De acuerdo con los cálculos realizados, el monto de los ingresos fiscales a los que se renuncia a nivel región rondaría el 0.5 por ciento del PIB, es decir, unos 31 mil millones de dólares anuales, lo que equivale a entre un 10 por ciento y un 15 por ciento de la recaudación efectiva del ISR corporativo.
"En el caso del ISR se ha observado un mayor nivel de incumplimiento, tanto entre las personas físicas como entre las sociedades", expone el documento.
En casi toda la región el IVA se ha incrementado en las últimas dos décadas. Las reformas enfocadas en su generalización y fortalecimiento lo han llevado a ser el principal instrumento generador de recursos fiscales en América Latina, alcanzando un grado aceptable de maduración, a excepción de México, Panamá y Paraguay.
Los ingresos fiscales en México
Fueron 17.2 por ciento del PIB en 2016, ubicándose en el sexto lugar más bajo de la región de América Latina.
En Latinoamérica
El promedio de los ingresos tributarios asciende a 22.7 por ciento y en la OCDE a 34.3 por ciento del Producto Interno Bruto.
El informe de la CEPAL señala que el rechazo que generalmente enfrentan los gobiernos que pretenden elevar una proporción de ingresos por IVA descansa en el potencial efecto negativo sobre el crecimiento y el impacto regresivo que se le asocia.
No obstante, al primer fundamento, un estudio muy reciente muestra que el efecto de los cambios tributarios sobre el PIB depende de la tasa impositiva original.
Un aumento de dos puntos porcentuales en la tasa del IVA, que tendría un impacto recaudatorio significativo en todos los casos, podría no tener casi ningún efecto negativo en el PIB de los países que tienen tasas impositivas bajas, como Costa Rica, El Salvador, Guatemala y el Paraguay, y hasta sería levemente expansivo en Panamá, cuya alícuota actual es del 7 por ciento.
En cuanto al impacto distributivo, en la mayoría de los países se ha contemplado la existencia de tasas reducidas del impuesto en lo que respecta a los bienes de la canasta básica de consumo.
Si bien esta práctica está bastante generalizada incluso en los países desarrollados, los efectos distributivos sobre cada decil de la población de acuerdo a sus ingresos no siempre son los deseados. En muchos casos deberían revisarse las exenciones objetivas y subjetivas que reducen la base del impuesto.
"En todo caso, la mirada hacia el futuro en materia de IVA —y esto se aplica a todos los países de la región— debería concentrarse en introducir mecanismos que permitieran contener el impacto regresivo de este tributo, por ejemplo, a través de la compensación por medio de programas de transferencias condicionadas destinadas a los hogares de menores ingresos", señala.