El éxito del Proyecto de Integración Tecnológica Aduanera (PITA) que implementará el Sistema de Administración Tributaria (SAT) depende de la apertura con la que clientes, importadores y autoridades, sobre todo estatales, se adapten al nuevo sistema, pues hoy muchas operaciones dependen de la presentación de órdenes de pedimento impresas, por ejemplo.
"Hay autoridades que no están familiarizadas con el proceso, sobre todo a nivel estatal, lo que puede retrasar la adopción", indicó Arturo Pérez Behr, presidente de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (ANIERM).
El sistema de administración tributaria es un poco como la Ventanilla Única de Comercio Exterior: depende de ambas partes, tanto de los ejecutivos de comercio exterior como de la autoridad federal. A medida que ambos se complementen y apoyen a importadores y exportadores se puede volver algo muy dinámico, automatizado y electrónico, apuntó.
Pérez Behr señaló que los importadores y exportadores se adherirán al programa una vez que este sea implementado, pues no ven una situación perjudicial a sus intereses, y que confían en que la tendencia después de la implementación sí sea la de mejorar los tiempos, aunque no exista una meta específica.
"Lo interesante es que los usuarios de comercio exterior evaluemos la implementación con la autoridad para que no sólo se convierta en un sistema de vigilancia, sino que la optimización del comercio y la eficiencia en las aduanas siga siendo una de las prioridades", expuso.
De acuerdo con Ricardo Treviño, administrador general de aduanas, el objetivo del programa no es el de generar ahorros para los importadores, ni disminuir el número de empleados del SAT, sino eliminar el número de revisiones innecesarias y reducir los contactos humanos con los cargamentos.
Sin embargo el SAT no tiene estimado el posible ahorro de tiempo o costos en las aduanas.