El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, dijo que la violencia del narcotráfico está frenando el crecimiento, horas después de que la Policía Federal asumió el control de seguridad en 13 municipios después de una presunta masacre de estudiantes en Guerrero.
"Sin duda la violencia ha sido un factor negativo", dijo Carstens, en entrevista en las oficinas de Bloomberg en la Ciudad de México. "Este es un problema que México ha estado atacando en los últimos años. Es un problema profundamente arraigado".
Carstens citó la encuesta a especialistas del sector privado publicada el 3 de octubre en el que se lista a los problemas de seguridad pública como el principal obstáculo para el crecimiento económico, seguido de la política fiscal, la débil demanda interna y la inestabilidad financiera internacional.
La violencia tiene "graves" consecuencias para las personas en las comunidades afectadas, mientras que no es un problema significativo para los inversionistas en el sistema financiero, dijo el funcionario.
Las autoridades mexicanas están lidiando con el problema de la violencia y es probable que se controle con el paso del tiempo, dijo Carstens.
Entretanto, "¿qué puede hacer el Banco de México? No mucho. Sólo hacer nuestro trabajo y básicamente no tener otra fuente de incertidumbre en la economía".
Carstens, cuyo mandato de seis años termina en diciembre de 2015, dijo que se quedaría para un segundo mandato si así se lo pidiera Peña Nieto.
Carstens se postuló sin éxito para el máximo cargo en el Fondo Monetario Internacional en 2011, que perdió ante Christine Lagarde.
La oficina de prensa de Peña Nieto declinó comentar sobre los planes para la nominación del próximo gobernador del banco central.
Cuestionado sobre la posibilidad de la renovación de las subastas de dólares tras la caída del peso la semana pasada al nivel más débil desde 2012, Carstens dijo que ve adecuada la política cambiaria flexible.
Además, consideró que la moneda mexicana probablemente se fortalecerá una vez que se normalicen los mercados tras su reacción inicial al retiro de los estímulos monetarios de la Reserva Federal.