La tendencia de recuperaciones asimétricas entre países y grandes movimientos de tipo de cambio asociados a las principales monedas, hace necesario mejorar el equilibrio entre la demanda mundial para reactivar el crecimiento global y los desequilibrios externos a través del uso activo de políticas. Se requiere de mayor entendimiento entre los vínculos financieros entre los países, señaló Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La aguda interconexión del mundo en múltiples y complejas formas, obliga a entender cómo el desarrollo de un país puede tener efectos colaterales, económicos, financieros e incluso políticos en los países que se encuentran a grandes distancias, expuso durante su discurso en el marco del Aniversario 200 del Norges Bank en su visita a Noruega.
"El énfasis está en la combinación adecuada de políticas nacionales - un enfoque equilibrado que limite los efectos secundarios indeseables y efectos de empobrecimiento al vecino. Y si bien las consideraciones externas pueden tomar temporalmente un segundo plano sobre los objetivos nacionales, las políticas tendrán que ser reorientadas con el tiempo para hacer frente a los objetivos de estabilidad externos", dijo en su discurso titulado "En busca del equilibrio entre objetivos domésticos y la estabilidad externa".
La funcionaria del organismo internacional, reiteró que la política monetaria por sí sola no puede ser la única en acción, son necesarias políticas fiscales y estructurales para impulsar la demanda agregada y el potencial de crecimiento, tanto en economías avanzadas como en emergentes.
En muchas entidades los objetivos domésticos y externos están bien alineados como en Alemania; sin embargo, en otros casos no lo están y se le da prioridad a temas internos pero los países necesitan tomar en cuenta los efectos colaterales de sus acciones. Como ejemplo está Japón con Abenomics y el debilitamiento del yen, la Reserva Federal de Estados Unidos y las preocupaciones sobre el impacto de un incremento en las tasas de interés en otros países, principalmente en mercados emergentes.
Esto habla de la necesidad de mejorar el entendimiento entre los vínculos reales y financieros entre los países y de políticas macroprudenciales para mitigar el impacto de la volatilidad en países expuestos a efectos financieros.
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